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Las tendencias en torno a la abstinencia alcohólica, ya sea en citas enmarcadas bajo el ‘sober dating’, en particular, como en estilo de vida en general, están eclipsando cada vez más su consumo debido a todas las consecuencias nocivas que puede suponer como la ansiedad, el insomnio o el dolor de cabeza.
Con la llegada de enero todo cambia o renace. Tras un mes de excesos varios, gran parte de la sociedad se plantea experimentar la religión del ‘enero seco’, con el fin de huir de todos los síntomas que suelen aparecer a los días de dejar de beber. Y que incluso, tal y como apunta Harvard, pueden incluir alucinaciones, delirio, taquicardia y fiebre.
Millones de personas se abstienen así de beber alcohol durante el ‘Enero Seco’, con el fin de establecer ese ‘reset’ de mente y cuerpo, que revitaliza tanto el corazón, como el hígado y la memoria.
Dry January comenzó en 2012 como una iniciativa de salud pública de Alcohol Change UK, una organización benéfica británica que ha tenido un gran impacto a nivel global. Y es que, dejar de beber alcohol incluso durante un mes puede suponer una diferencia notable en nuestra salud.
En este sentido, según un estudio publicado en BMJ Open, los consumidores habituales que se abstuvieron del alcohol durante 30 días durmieron mejor, tuvieron más energía y perdieron peso. También redujeron su presión arterial y sus niveles de colesterol, así como las proteínas relacionadas con el cáncer en la sangre.
*ilustración de Vesna Asanovic.