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Hoy día 30 de julio se rinde tributo a la tarta de queso, uno de los postres más aclamados por la crítica, y por la sociedad en general, que se ha instalado en la vasta mayoría de los restaurantes y recetarios como un básico atemporal con infinidad de posibilidades reinterpretativas.
De las tartas de queso semilíquidas a las cheescakes inspiradas en la receta americana, pasando por versiones vanguardistas o deconstruidas que reinventan el postre tradicional, te presentamos 10 restaurantes en Madrid en los que poder disfrutar de las mejores tartas de queso, a prueba de los paladares más sibaritas.
BESTIAL BY ROSI LA LOCA
Javier Alfaro está detrás de esta creación que ha sido encumbrada como la ‘Mejor tarta de queso de Madrid’ en 2024. Un premio concedido desde el Centro de Innovación Gastronómica de la Comunidad de Madrid que elevaría a la cumbre la tarta de Bestial. Pero, ¿cuál es la fórmula que la ha llevado al éxito? Su combinación de queso puro de oveja curado de Campo Real, con un queso crema especial, yemas y huevos de Granjas Villarreal, y su toque de mermelada de aceituna Kalamata, higos y almendras que le aportan ese contraste dulce a la elaboración.
LUNA & WANDA
Las tartas de queso de Luna & Wanda se han convertido en las grandes imprescindibles de la capital, que han sido perfeccionadas por su artífice, Sergio Arjona, quien ha conseguido crear una tarta equilibrada en textura y sabor: tostada por fuera, y cremosa por dentro con tres tipos de queso -crema, azul y cabra- sobre una original base de galleta María.
A día de hoy pueden encontrarse siete tipos de tartas de queso: La Original; La Rubia, con chocolate blanco; La Biscoff, con crema Lotus; La Pistacchio, con auténtica crema de pistacho siciliano; La Mestiza, con dulce de leche; La Asustada, con galleta Oreo; y La Morena, con chocolate con leche. Todas ellas han cautivado a los amantes de las tartas de queso por su perfecto equilibrio entre el sabor del queso, el dulzor y la cremosidad.
ANTOJOS GALLERY
La galería de tartas de queso madrileña presenta una colección permanente de tartas de queso presentadas como obras de arte efímeras. Esa convergencia, materializada en una pastelería creativa situada en el distrito de Chamberí, sirve en su expositor infinidad de tartas de queso elaboradas con una fina capa tostada que esconde un interior de queso suave con mascarpone; que reposa sobre una crujiente base de galleta de mantequilla.
Las cuatro musas principales que inspiran y presenta en su galería son de queso suave, pistacho ibérico, galleta lotus y galleta oreo, que pueden adquirirse para comer a cucharadas en tres formatos distintos: individual, mediana y grande; con opción a combinarse con su selección de cafés como el latte o el machiato. Aunque la que ha logrado sobresalir entre el resto ha sido su tarta de queso especial, la cual ha alcanzado el segundo puesto en el certamen de la Mejor Tarta de Queso de Madrid por su combinación de productos locales madrileños como el queso semicurado mezcla Peñagorda o la nata de La Colmanareña.
LUCASTERÍA
La Lucastería, regentada por María de Lucas y Miguel Ángel Mateos, también se subió al estrado del certamen, consiguiendo un tercer puesto por su tarta de queso. Su secreto reside en la simpleza y en la mezcla de tres quesos madrileños: queso crema de Albe Lácteas del Jarama, Capricho de cabra de la Quesería Vega de San Martín y queso ecológico de la quesería Suerte Ampaner. El toque final lo aporta la mantequilla de La Colmenareña y sus huevos de Granjas Villarreal.
CAÑADÍO
En este restaurante chic inspirado en la cocina cántabra, se sirve una de las mejores tartas semilíquidas de la escena madrileña. Siendo una de las primeras en popularizarse a nivel nacional, esta tarta se presenta tibia en una base de galletas maría triturada, mezcladas con mantequilla. La parte principal y láctea se elabora con una crema de queso y queso fresco de Burgos que destaca por su textura y su equilibrio suave y cremoso coronado por una teja de caramelo diseñada por su chef Nicolás Reyes Ruiz.
FISMULER
Considerada como la mejor tarta de queso de la ciudad por muchos, esta tarta es perfecta para los amantes de los contrastes, y del efecto cremoso y líquido en las cheesecakes. La ya icónica tarta de queso de Fismuler, que está incluso disponible para pedir a domicilio en la Pastelería Mallorca, se presenta como una mezcla de quesos fuertes elaborada por Nino Redruello y la maestra repostera Yara Callau.
Esta tarta de queso se esculpe a raíz de una base de galleta sablé y tres quesos: queso fresco que sirve para amalgamar todo, queso idiazábal ahumado para darle un toque de complejidad y un queso azul que acaba de el potenciar el sabor a queso.
TATEL
En Tatel, el restaurante que evoca una especie de club vintage, se sirve la mejor tarta de queso del 2022, según la Asociación de Cocineros y Reposteros de Madrid.
Este codiciado postre se elabora al horno, concretamente a 170ºC y durante 30 minutos, y destaca por su combinación de quesos madrileños Vega de San Martín, rulo de cabra y un bombón de cabra, así como por su sablé crujiente -con un toque de miel de panal- que sirve como base.
LA GUISANDERA
Guisandera de Piñera se convierte en un tributo gastronómico a las guisanderas asturianas. En una oda a la cocina de toda la vida, tradicional y de cuchara, en la que, en su carta de postres no puede faltar su deliciosa tarta de queso cremosa, elaborada de forma artesanal con quesos del norte; con queso cremoso asturiano y un toque de queso de cabra.
BALDORIA
Baldoria no sólo es conocido por elaborar algunas de las mejores pizzas de la capital. El restaurante italiano que basa su propuesta en productos de cercanía y platos de temporada, también tiene una de las tartas de queso más codiciadas de Madrid: una versión de queso cremoso con pistachos de Bronte, que leo ofrecen una textura crujiente a la creación.
CALUANA
En el santuario gastronómico de Caluana, el restaurante italo-castizo reconstruido sobre una capilla renacentista, uno de sus platos destacados es, sin duda, su cremosa tarta de 3 quesos con gorgonzola dulce: una trilogía de quesos con el gorgonzola dulce como protagonista acompañado de una bola de helado de caramelo salado. ¿El resultado? Una explosión de cremosidad, suavidad y sabor.