El fin de semana nos da la oportunidad de hacer realidad pequeños placeres como levantarnos sin prisa y dedicar el tiempo a disfrutar de una buena primera comida del día. En este punto los brunch, que fusionan el desayuno y el almuerzo a media mañana, son una opción que ha ganado fuerza los últimos años, aunque no es nada nuevo. No obstante, no en todos los sitios se puede disfrutar de un buen desayuno tardío. Madrid, Barcelona o Valencia tienen algunos de nuestros favoritos.
Café Tornasol
Ubicado en el Mercado de Antón Martín en Madrid, entre el castizo Barrio de las Letras y el de Lavapiés, el Café Tonarsol se presenta como un espacio de calma en el bullicio del mercado de abastos. Su fuerte, por supuesto, el café. Más concretamente el slow coffee, o lo que es lo mismo, un café hecho sin prisa donde la clave está en el sabor personalizado que se consigue con sus diferentes tostadores. De hecho, por este motivo aconsejan no endulzar la bebida. Aunque ofrecen una panela para aquellos que busquen un punto más dulce.
Aunque el protagonista es el café, en su carta también destacan una gran lista de repostería casera y, si te va lo salada, no puedes dejar de probar los huevos benedict y la tortilla de patata. Hecha con cebolla y elaborada prácticamente al momento por Mónica Iglesias, es sin duda una de sus grandes joyas.
Cotton House Club
La terraza del hotel Cotton House es un espacio instagrameable con estilo colonial donde disfrutar de un brunch de altura con vistas al Eixample de Barcelona. Desde ella se puede acceder al bar y restaurante Batuar en el que se sirven comidas todo el día.
Entre sus claves, el entorno, lleno de vegetación, y los cócteles de autor. Uno de los más famosos el Gossypium Cocktail, creado a base de pisco, curasao azul, ginebra, lima y especias del mar. Además, está ubicado a apenas a cinco minutos a pie de la plaza de Cataluña.
El Observatorio de Patraix
El Observatorio, ubicado en el barrio de Patraix en Valencia, es ese restaurante donde “comer bien” y abundante no será un problema. Este rincón familiar con apenas seis mesas es un espacio donde la receta del éxito tiene ADN peruano y algún toque japonés, lo que se conoce como cocina nikkei.
En cualquier caso, en su propuesta gastronómica destacan principalmente la causa a la limeña, un plato precolombino basado en patata amasada con ají triturado, las croquetas de pollo a la brasa con ajolí o los bocatines de sepia en bao con mayonesa oriental y cebolla acevichada. El plato estrella, el ceviche de pescado del día con aguacate y mango. Y, ojo, puedes recogerlo en la tienda y tomarte el brunch desde la comodidad de tu casa.
Masticar
En este espacio, ubicado en el barrio madrileño de Recoletos, y que se autodefine como “comedor + café”, podrás disfrutar de una buena comida casera, saludable y variada. Aquí el brunch del fin de semana es uno de los momentos estrella.
Por un precio mínimo de 16 euros, y de 11 a 17:30 horas, puedes gozar de un combinado que incluye café o infusión de la casa, un gran bol de yogur con mermelada de la casa, frutas de la estación y granola (que, de hecho, están a la venta en su mercado), un zumo de naranja recién exprimido y dos platos. Un principal, donde la duda del día estará en qué elegir -los huevos benedictinos, los huevos revueltos, la tostada francesa con sirope o la riquísima focaccia de verduras-, además de otro plato que pone la nota dulce, con un croissant de mantequilla o pain de chocolat.
Puedes tomarlo aquí o pedirlo para llevar.
Brunch & Vinyls
Música en vivo y la tentación de una buena comida en bandeja con las mejores vistas de Barcelona, ¿qué más se puede pedir? Así es el brunch que ofrece el Palace en la ciudad. Una experiencia que se inició este verano en su Rooftop Garden del séptimo piso y que gracias al buen tiempo aún continúa todos los sábados de 12 a 15 horas.
Este desayuno tardío puede disfrutarse a la carta, con platos que van desde la tortilla con jamón ibérico a los huevos benedict o shakshuka, también en sus versiones vegetarianas. Igualmente cuenta con distintos tipos de tostas, como por ejemplo “nuestro mallorquín”, que incluye mollete de sobrasada, queso brie y miel, y tiene una deliciosa variedad de dulces y pancakes con receta especial de sirope de jarabe. Los que prefieran degustar un menú cerrado, pueden elegir una bebida caliente, una bebida fría o un cóctel, un plato salado y un dulce por 36 euros.
El acceso al espacio está sujeto a la disponibilidad del hotel. Por lo que si quieres asegurarte un sitio te recomendamos que reserves previamente.