¿Puede la comida que elegimos ayudarnos a ser más resilientes, a estar de mejor humor o incluso a reducir el riesgo de depresión? La respuesta es sí: algunas de las investigaciones que se están llevando a cabo en los últimos años apuntan a que hay ciertos alimentos capaces de influir en nuestro estado de ánimo. Y aunque se desconocen aún los mecanismos que podrían regir esta relación, y falta mucho camino por recorrer, para celebrar que hoy, 1 de agosto, es el Día Mundial de la Alegría, hemos escogido algunos platos que podrían favorecer esta emoción tan necesaria en el día a día. Apunta y, sobre todo, sonríe.
Verduras, mejor al vapor
Las verduras influyen en la hinchazón y la pesadez tras las comidas: sucede con el brócoli, con las acelgas… Y es que, aunque pertenecen a familias diferentes, ambas provocan un efecto de inflamación abdominal que puede llegar a resultar incómodo y por tanto malograr tu estado de ánimo. La solución, aprender a cocinarlas. Si las haces al vapor y las combinas con hinojo, conseguirás su mejor versión. A continuación, una receta que puede servirte de inspiración: dumpings de cerdo con verduras al vapor.
Helado, y más sí es de chocolate
Sabemos que, como nosotros, estarías devorando helado todo el año… pero no siempre el tiempo acompaña. Pese a las circunstancias, se sabe que el helado es un buen resolutivo para levantar el ánimo. De hecho, esto es algo que el Centro Médico de la Universidad de Maryland en Estados Unidos ya explicó en un estudio en 2018.
El helado contiene triptófano, un aminoácido esencial que cuando llega a nuestro cuerpo nos calma y produce serotonina, la hormona que da sentido a ese bienestar tras el primer lengüetazo. Si a esto le añades el chocolate, que cuenta con sus propios beneficios, sobre todo si están en máxima alta pureza de cacao (antihipertensivos y antitrombóticos), tenemos el postre definitivo. Por eso, he aquí nuestro particular recetario de helados caseros, no pierdas ripio.
El salmón, un apuesta segura
El triptófano también los podemos encontrar en las alcachofas, las espinacas, las semillas, el pollo y, por supuesto, el salmón. Este último, al provenir del mar, además cuenta con ácidos y grasos y Omega 3, que interviene directamente en la generación de neurotransmisores que brindan aún más felicidad, serotonina, a nuestro sistema. Como plus, también aumenta tu concentración. ¿Ideas? Hazte un sándwich de salmón salvaje y burrata.
Frutas con vitamina D
Además de asegurar un correcto funcionamiento del sistema inmunitario, las frutas ricas en vitamina D también resultan útiles en la lucha contra los efectos del estrés. ¿Por qué? Porque actúan como potentes estabilizadores del estado de ánimo y son una importante fuente de antioxidantes. Fresas, naranjas, mandarinas, pomelos, kiwis… Te facilitamos 5 postres para hacer con las primeras y también la fórmula de un helado de fresas, pomelo y menta.
