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Hace unos días las autoridades francesas detuvieron en Saint Ettiene a un hombre de 63 años que regentaba una pizzeria, tras descubrir que se trataba de un exmafioso de la peligrosa organización Ndrangheta calabresa. Edgardo Greco, que ahora era conocido como Paolo Dimitrio, llevaba desde 2006 en busca y captura. Estaba catalogado como un «súper fugitivo» de Italia, debido a su vinculación con la temida mafia calabresa.
Desde hace 3 años, el presunto delicuente regentaba una pizzería en Saint Ettiene, ciudad donde vivía actualmente. De hecho, el periódico francés Le Progres, le dedicó un artículo en 2021 con motivo de la inauguración del local. Ahí habló sobre su negocio, Caffé Rossini Ristorante, un local donde servía productos italianos frescos y caseros de alta calidad, y cuya especialidad era la pasta cocinada en una rueda de queso parmesano.
Aunque la operación policial contra la mafia calabresa se había iniciado en 2020, las autoridades lo llevaban totalmente en secreto. Gracias a las imágenes publicadas por el diario francés, además de otras pesquisas policiales, consiguieron dar con el paradero de Greco. Justo un mes antes, también había sido detenido en Italia el jefe de la Cosa Nostra, Matteo Messina Denaro, después de estar perseguido durante más de 30 años.
El pizzaiolo estaba huido desde 2006
Edgardo Greco había ‘rehecho’ su vida entre los fogones de una pizzería, pero estaba acusado de doble asesinato desde 1991 y se había dado a la fuga en 2006, después de que un juez de primera instancia emitiera una orden de arresto contra él. En 2014 se dio a conocer otra orden de detención europea que complementó el procedimiento. Por aquel entonces, ya era Paolo y residía en Saint Ettiene.
Al parecer, antes de regentar el Caffé Rossini, Greco ya había desempeñado el trabajo en hostelería durante su juventud. Ahora estaba siendo la mejor forma de intentar recuperar la normalidad y pasar desapercibido. Pero no ató bien los flecos y su aparición en los medios franceses hizo que los Carabinieri dieran con él.