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De sobra es conocido que David Lynch es uno de los directores más célebres de Hollywood, pero también una persona con rarezas y manías, como muchos genios del cine. Entre estas peculiares costumbres, también entran algunos hábitos alimenticios obsesivos, que el propio el director ha comentado en numerosas entrevistas. Lynch ha llegado a afirmar que es capaz de comer exactamente lo mismo cada día durante meses -o incluso más-, sobre todo cuando pasa más tiempo en casa.
Su menú diario consistía en un escueto desayuno: capuchino por las mañanas. Aunque en otras épocas tomaba muchos cafés a lo largo del día. Para comer, una de sus comidas más recurrentes eran «tomates, atún, queso feta y aceite de oliva», y recalcaba que lo degustaba «todos los días». Para la cena, el director también era de costumbres fijas y solía cenar «trocitos de pollo y brócoli con un poco de salsa de soja».
En otra ocasión también comentó que durante un tiempo estuvo comiendo atún con lechuga y requesón, pero se cansó ‘rápido’, a los tres meses. En cuanto a la obsesión alimenticia que más le duró, Lynch llegó a confesar que una vez estuvo comiendo lo mismo todos los días durante siete años: un batido de chocolate Bob’s Big Boy y café a las dos y media de la tarde.