Los libros de Bruguera, los figurines de moda, los mapas infantiles, las postales navideñas… Hubo una época, desde los años 40 hasta los 70, en la que un ilustrador logró dar color a una España que, ya sabemos, tiraba más a negro. Se llamaba Daniel Bas y con su lapicero inocente puso de acuerdo a generaciones enteras que, tijeras (de punta roma) en mano, recortaban y recortaban en esas tardes de sábado que ahora imaginamos eternas sin un wifi que echarnos a la tablet. La obra de Bas apenas ha tenido reconocimiento hasta la fecha, pero los creadores de Hóptimo, buscadores incansables de todo lo que huela a papel viejo y bonito, rescatan hoy estos recortes de historia con los que a cocinar quizá no aprendimos, pero sí a no torcernos con la tijera.