Estamos hartos de las macedonias y los yogures a la hora del postre. Nos apetece algo un poco más elaborado y con mezcla de texturas y sabores. ¿Sabéis quien tiene la solución? La autora del libro Quinoa, semillas y cereales. 68 recetas llenas de vitalidad, Molly Brown . ¿El postre? Este crumble de centeno con la manzana como principal protagonista.
Ingredientes:
- 2 manzanas para asar peladas y sin el corazón, cortadas en cuartos
- 4 cucharadas soperas de azúcar terciado
- 25 g de mantequilla dulce
- 50 g de azúcar moreno + un poco para espolvorear (opcional)
- 100 g de pan rallado grueso de pan de centeno o pumpernickel
- ½ cucharadita de café de canela molida
- ¼ de cucharadita de café de clavos de olor molidos
- 300 g de queso mascarpone
- 4 cucharadas soperas de azúcar glas
- ½ cucharasa sopera de aquavit o de vodka, al gusto
- 3 cucharadas soperas de avellanas tostadas y picadas gruesas
Modo de preparación:
Rehogar las manzanas a fuego lento con el azúcar terciado y 2 cucharadas soperas de agua. Mezclar de vez en cuando apastando un poco las frutas, y cocer hasta obtener una compota. No es necesario añadir agua ya que las manzanas soltarán su jugo. Comprobar que la mezcla esté bastante azucarada y dejar enfriar en un cuenco. Derretir la mantequilla en una sartén. Añadir el azúcar moreno y el pan rallado y tostar a fuego medio, mezclando constantemente. Cuando el pan rallado esté bien caramelizado, añadir la canela y los clavos de olor.
Dejar al fuego 1 minuto más, pasarlo a una fuente y dejar que se enfríe del todo. Batir el mascarpone, agregar el azúcar glas y luego el aquavit o el vodka.
Montar las 3 preparaciones en capas sucesivas en una fuente de cristal, en copitas individuales o en vasitos: extender primero la capa de manzana, espolvorear a continuación el pan rallado y encima extender la crema montada de mascarpone.
Continuar así hasta acabar todos los ingredientes.
Por último, espolvorear avellanas por encima o, por qué no, un poco de azúcar moreno que, mezclado con la crema de mascarpone parecerá caramelo.
Degustar el postre inmediatamente o conservarlo en el frigorífico, bien tapado. En ese caso, sacarlo unos minutos antes de servirlo para que la nata recupere su untuosidad.