Reportajes

¿Crees ser adicto a la comida? Sal de dudas

Te pasas el día comiendo. Haces una pausa para respirar y lo único en lo que eres capaz de pensar es en seguir comiendo. Terminas de comer y tienes hambre. No te importaría probar cada bocado de cualquier cosa que salga de la cocina. Y, lo peor, todo el mundo que te conoce siempre te relaciona con un mordisco de algo. Pero aún así no sabes si eres adicto a al comida. Nosotros te ayudamos a darte cuenta de que, a lo mejor, te gusta comer más de lo normal.

Que veas una onza de chocolate y salgas volando detrás no es ser adicto a nada. O que esperes con ganas la llegada de tal día para probar el plato esperado tampoco es señal de nada, sólo de que tienes un estómago agradecido. Pero de ahí a tener un verdadero problema va un mundo y te damos las claves para que tú mismo analices si eres de los primeros o de los segundos.

Te dejamos las principales claves que médicos y científicos estiman que de cumplirse e identificarnos con ellas estaríamos ante un problema de adicción a la comida.

  1. Preocupación verdadera sólo con pensar en eliminar ciertos alimentos de la dieta diaria.
  1. Sensación de cansancio por un exceso de comida en el estómago, así como fatigas o angustia.
  1. Comer aunque no tengamos hambre.
  1. El exceso de comida en tu estómago supone un entorpecimiento en la realización de actividades.
  1. No realización de tareas sin resultado eficaces.
  1. El remordimiento o sentimiento negativo por haber comido tanto ocupa demasiado tiempo en nuestra cabeza.
  1. Cuando comer ya no genera buenas sensaciones y alarga en el tiempo las malas.
  1. Síntomas de ansiedad o nerviosismo por no poder comer lo que queremos cuando lo queremos.