Haz clic aquí para leer la versión en inglés.
Sofie Sund es una fotógrafa noruega que asegura que desde que tiene uso de razón siempre se ha sentido atraída por el arte. Comenzó a trabajar la fotografía en 2008, con una pequeña cámara digital. Entonces, un día, su padre le dejó su DSLR (réflex digital), y ahí fue cuando se enamoró por completo del medio. “Sentí que las posibilidades con la fotografía eran infinitas y muy emocionantes. Podía capturar momentos importantes, pero también crear cosas a partir de mi imaginación. Desde entonces, la fotografía ha sido una gran parte de mi vida”, explica Sofie.
Poco a poco fue estudiando la obra de otros fotógrafos y aprendiendo de ellos, como Vivian Maier, Viviane Sassen o Cho Gi Seok, que se cuentan entre sus favoritas. “Tienen estilos de fotografía muy diferentes, pero todos me inspiran de muchas maneras”, recuerda, y añade: “Otra persona que también es una fuente de ideas es Wes Anderson, el director de cine. La primera vez que vi una de sus películas dejó una huella importante en mí. Creo que sus películas realmente me influyeron en el momento en que estaba descubriendo mi propio estilo fotográfico”.
No obstante, Sofie asegura que, al margen de sus referentes, buena parte de la inspiración para su trabajo la encuentra en su entorno, especialmente en la naturaleza. “Los sentimientos y los recuerdos también son una parte muy importante de mi trabajo”, añade: “Una de las razones por las que me enamoré de la fotografía fue porque sentí que finalmente podía expresar mis sentimientos de una manera que encajara conmigo”.
Y en esa búsqueda de un lenguaje visual comenzó a trabajar con alimentos, especialmente frutas y verduras. “Los colores, las formas y las texturas me inspiran mucho, y hay tantos detalles y colores en frutas y verduras, puedes encontrar tantas formas diferentes e interesantes… Son como pequeñas esculturas creadas por la naturaleza, y me encanta capturar sus pequeños detalles y singularidades con un toque juguetón y delicado”.
La artista asegura que las fotos de esta serie tienen que ver con los pequeños momentos y objetos de la vida cotidiana. Momentos que a veces se nos pasan rápido y nos olvidamos de “notar”, pero que en muchos sentidos llenan nuestros días. “Son los pequeños ‘momentos intermedios’, como me gusta llamarlos. Quiero que el espectador sienta algo al mirar mis fotos, y quiero que se pregunte y piense en los hermosos pequeños detalles de su propia vida”, concluye la artista noruega.
