Lo mejor que te podemos recomendar para pasar estos días – desde aquí hasta octubre, por lo menos – es que te resguardes a la sombra de cualquier árbol, te relajes y te tomes un helado. Los hay de mil maneras, sabores, texturas y colores e incluso formas. Si los extraterrestres bajasen a la tierra y viesen que existe un helado con forma de pie, probablemente no entenderían nada. El frigopie es uno de los helados más famosos y reconocidos de las décadas de los 80 y los 90. Quién no ha disfrutado al menos una vez de su textura suave y de su fresco y – muy recomendable para el verano – sabor a fresa.
Sin duda, es uno de los helados favoritos tanto para jóvenes como para los adultos – que fueron jóvenes hace unos cuántos años y a los que la nostalgia de su simpleza y sabor les vuelve a llamar. Frigopie era uno de los helados más baratos, valía unas 45 pesetas de la época (que equilvadría a unos 27 céntimos de euro), y hoy en día tampoco es demasiado caro, cuesta unos 85 céntimos de euro – aún sigue teniendo un llamativo precio por debajo de un euro.
¿Sabías que frigopie tenía un hermano? Frigodedo fue también uno de los más rentables en la época – costaba 40 pesetas – sin embargo se dejó de fabricar en 1992.
¿Sabías que según la web All-rankings es el mejor helado de la historia? Frigopie es el mejor según muchos, pero ahora está certificado. Justo detrás de él otros míticos y emblemáticos como Drácula, Calippo o Mikolápiz.
¿Sabías que cada frigopie tiene 75 calorías? De las cuales el 43% son grasas, el 49% carbohidratos y el 8% son proteínas.
¿Por qué tiene esa forma de pie, que puede parecer tan poco deliciosa, y no otra otro diseño más llamativo para los niños? Aún un misterio, no sabemos si fue intencionado o fue un mero hecho casual.
El cremoso Frigopie es sin duda uno de los reyes del verano, deja que este verano también lo sea y rememora el pasado.
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