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Aunque por su sabor seguro que sabes distinguir un producto ibérico del que no lo es, muchas veces nos la intentan colar falseando algunos datos o aspectos para ofrecer alimentos de peor calidad con los que abaratar costes. Como queremos que sepas identificar unos productos realmente ibéricos, estos requerimientos que ha recopilado la Comunidad de Madrid en el apartado de su web dedicado a la Salud y Alimentación, te van a servir de mucha ayuda.
Para empezar, para que un producto sea considerado como ibérico, debe estar regulado por la legislación, a partir de factores como el manejo, la alimentación o el % de raza a la que pertenecen los cerdos. En total, hay cuatro tipos de productos que pueden entrar en la categoría de ibéricos: jamón ibérico, paleta ibérica, lomo, lomo embuchado o caña de lomo ibérico y, por último, piezas de carne fresca -solomillo, chuleta…- ibérica.
Uno de los aspectos principales en el que hay que fijarse para identificar bien estos productos ibéricos, es el etiquetado, tanto el precinto y las vitolas, como las etiquetas que los acompañan. Fijarse en el color de dicha etiqueta es básico porque determina la denominación de venta, en el caso de jamones y paletas; o el tipo de producto en sí, en el apartado de loncheados.
Si el precinto de color negro, entonces es un cerdos 100% de raza ibérica, alimentados con bellota. En cambio, el precinto de color rojo hace referencia a los cerdos criados con bellotas, pero no son de raza ibérica pura. Si el precinto de color verde, entonces se trata de cerdos criados en la dehesa o campo y alimentados con hierba y piensos. Por último, el precinto blanco es para los cerdos criados en un cebadero y alimentados solamente con pienso.
Otros aspectos clave del etiquetado
En el etiquetado de los productos ibéricos hay dos partes: el obligatorio y el opcional. La información obligatoria que sí o sí debe venir reflejada en la etiqueta del alimento es la siguiente:
- Denominación del alimento (incluye nombre del producto + el tipo de alimentación + manejo + porcentaje de raza)
- Lista de ingredientes (incluidos los alérgenos)
- Cantidad neta
- Fecha de caducidad o de consumo preferente
- Condiciones de conservación
- Nombre o razón social y dirección de la empresa responsable
- Información nutricional
- Lote
- Marca sanitaria
Con respecto al etiquetado opcional, aquí entra la posibilidad de usar el término «pata negra” exclusivamente para los productos con denominación de venta “de bellota 100% ibérico”. Mientras que se podrá hablar de “dehesa” o “montanera” exclusivamente para los productos con denominación de venta “de bellota”.
Certificados que garanticen la calidad
Una de las cosas que caracteriza a los productos ibéricos es su excelente calidad. Para conseguirla, estos deben estar certificados por organismos independientes que garanticen su origen y calidad, después de un seguimiento desde el nacimiento de los animales, un control de su alimentación y manejo hasta la comercialización de sus productos. Esto también se refleja en el etiquetado, acompañado por la expresión «Certificado por».
En lo relativo a los jamones y paletas ibéricos, ya en el matadero son identificados con precintos inviolables que los acompañarán durante toda su vida comercial. Aquí se incluyen un número único con el que poder rastrear el producto ibérico hasta la explotación de nacimiento y cría. También llevan el logotipo de ASICI (la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico) o, en tal caso, el del Consejo Regulador, si el producto está acogido a una Denominación o Indicación Geográfica Protegida (por ejemplo: Guijuelo, Jabugo, etc.).
¿Cuáles son los fraudes más comunes?
Aún con todos los requerimientos que precisan estos productos ibéricos, existen tretas que dificultan el poder identificar cuáles son realmente ibéricos. Los más comunes son el uso de precintos con un color que no corresponde a dicho alimento; o incluir logos que no sean ni de la ASICI ni del Consejo Regulador.
Otras marcas llegan a usar nombres, logos o imágenes que pueden evocar productos o elementos ibéricos, como las bellotas o dehesas. Por último, el uso de las denominaciones de venta incompletos o que incluyan términos diferentes, también es algo habitual.
Después de leer todos estos consejos, ¿serías capaz de saber identificar los auténticos productos ibéricos?