Ya hemos despedido al verano y con él la temporada de terrazas y echar el cierre a la cocina de casa. El mismo cierre que ahora volvemos a abrir porque nos toca traspasar la felicidad de esas reuniones con amigos al aire libre al comedor de nuestro hogar. Una tarea divertida la de cocinar para muchos pero, ¿cómo sabes si estás siendo un buen anfitrión?
Tener el plato con comida recién servida sobre la mesa, sacar la mejor vajilla y llevar siempre una sonrisa puesta durante toda la reunión son requisitos que ayudan a que tus invitados quieran volver a casa pero no son suficientes.
Te decimos cómo evitar ser un pésimo realizador de comidas y cómo ser el mejor anfitrión que hasta tú mismo hayas conocido. Te hablamos de lo que debes y no debes hacer.
¿Cómo ser un buen anfitrión?
El color del plato importa, y mucho. Según un estudio de Wansking y Van Ittersum el contraste de color entre el plato y la comida crea un efecto óptico conocido como Ilusión Delboeuf. Esto quiere decir que la comida parecerá más o menos apetitosa según el contraste con el plato en que se sirva. Mejor si evitamos los platos rojos para las verduras.
¿Cómo ser un buen anfitrión?
Y ya que hablamos de cromoterapia, el color del plato tendría que ir asociado al tipo de comida. Por ejemplo, los platos blancos y redondos se asocian con sabores dulces, los platos negros y con ángulos definidos con sabores fuertes.
¿Cómo ser un buen anfitrión?
El color de la propia comida también debemos de tenerlo en cuenta: verde (platos saludables), blanco (lácteos y depuración), rojos (con energía y proteínas), naranja (vitaminas y cítricos), azul (con rechazo a la comida), así que habrá que evitar las comidas de colores azules o violáceos.
¿Cómo ser un buen anfitrión?
Elegir el menú de la comida de amigos con sentido común, teniendo en cuenta: época del año, hora del día, tiempos para digestiones, apetito de los comensales, son algunas de las pautas que nos marca Kaiku Sin Lactosa para ser un reconocido anfitrión.
¿Cómo ser un buen anfitrión?
Controlar la impulsividad de creatividad a escasas horas de recibir a los invitados. “No trates de cocinar un plato exótico japonés si no sabes ni pronunciarlo”. Regla de oro.