Cuando se trata de dietas occidentales, los insectos finalmente aparecen en el menú con
sus beneficios nutricionales y ambientales a cuestas. Desde la disponibilidad más generalizada de productos repletos de proteínas como la harina de grillo, hasta los tacos
de saltamones. Al igual que con la adopción de cualquier nuevo ingrediente en nuestra
dieta, hay una curva de aprendizaje que debe superarse y a la que, con los insectos en
particular, hay que sumar un factor de aprensión. Por eso la mejor forma de introducirlos
es la siguiente.
La forma más fácil de obtener los beneficios de los insectos para la salud es incluir la
harina (de grillo, por lo general es más sencilla de empezar con ella) en cada una de las
recetas que se hacen en casa. Se puede reemplazar poco a poco hasta un tercio de la
harina habitual que se utiliza y mezclar ambas. No se trata tanto de hacer intercambios
sino de hacer mejoras. Mediante el uso de polvo de grillo, hecho con grillos adultos tostados y finalmente molidos, se está agregando mucha proteína, vitaminas y minerales,
aminoácidos esenciales e incluso ácidos grasos Omega3 que ayudan a combatir el cáncer. Este tipo de aportes normalmente son obtenidos de pescados como el salmón u otros azules que además suelen ser los más caros. Pero también se pueden utilizar la harina de gusano, de tarántula o de escarabajo, por ejemplo.