Si no naciste en los fiordos, tranquilo. Tenemos la solución.
El salmón admite muchas formas de cocción: marinado, a la plancha, a la brasa, en papillote, al horno, escabechado o simplemente como se hace en la mayoría de los países nórdicos para prolongar su conservación, ahumado.
Para preparar un buen ahumado en casa hay que abrir el salmón por la mitad y extraer las vísceras. Seguidamente se separan los dos lomos y se deshecha la espina.
Mientras tanto hay que preparar un buen fuego con madera aromática,, Cuando la madera está a punto de consumirse se coloca encima una caja con serrín de buena calidad o de piñas secas, se cubre con una rejilla, sobre la que se disponen los lomos de salmón y se tapa.
Para que el salmón quede bueno y no pierda sabor, la temperatura de ahumado no debe superar los 30ºC (ahumado en frío). Este tipo de ahumado deja el salmón casi crudo, con lo que su conservación es más corta pero su sabor, más agradable.
Se acostumbra a marinar con vino blanco, vodka y limón para facilitar su digestión.
Bon appetit!
*Contenido según Miscelánea Gastronómica de Schott, Ben Schott (El Aleph Editores, 2005).