Quien más, quien menos ha coleccionado (o sigue coleccionando) algo a lo largo de su vida. Puede que sean vinilos, cajas de cerillas de hoteles o –por qué no– revistas como ésta. En realidad poco importa. Porque en estos días de hiperinformación no vamos a sorprender a nadie con nuestro repertorio de objetos de los gabinetes de curiosidades. Por muy exótico que éste sea… Ya lo hemos visto todo. Quizá sigamos coleccionando sólo porque es el último reducto materialista, casi fetichista, en un mundo cada vez más digital.
Sin embargo hubo un tiempo, mucho antes de que se inventara la fotografía y, por supuesto, infinitamente anterior a la irrupción de Google y su sabiduría todopoderosa, que el coleccionismo tenía una finalidad bien distinta, alejada del romanticismo de hoy. Y es que era una forma de recopilar y dar a conocer las maravillas y el conocimiento que había en el mundo, más allá de las por entonces muy limitadas fronteras existenciales de cada uno.
Un viaje en el tiempo
Las wunderkammer o gabinetes de curiosidades eran auténticas enciclopedias, espacios donde se reunían objetos de lo más variopinto, desde obras de arte a herramientas alquímicas, pasando por gemas, armas o vajillas y cubertería. En realidad todo lo que uno pudiera imaginar y todo lo que mereciera ser mostrado como fuente de conocimiento.
Aristócratas como Francisco I de Medici, gran duque de Toscana; Rodolfo II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, o el archiduque Fernando II de Habsburgo adquirieron y exhibieron objetos a modo de catálogos que representaban el mundo conocido y que abarcaban todas las disciplinas posibles: arquitectura, pintura, geología, antropología… y, por supuesto, gastronomía también.
Ahora, la editorial Taschen nos muestra muchas de estas reliquias del pasado en su libro Cabinet of Curiosities. Para su elaboración, el fotógrafo Massimo Listri ha viajado a siete países europeos durante varias décadas y el resultado es un conjunto de magníficas imágenes de las piezas más destacadas de los 19 gabinetes que se han incluido en la obra.
Un emocionante viaje en el tiempo por el Renacimiento, la era de los descubrimientos, los periodos manieristas o el barroco. Retazos de la historia… de la curiosidad.
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