Muchas veces hemos oído a más de uno y de dos decir que les aburre cocinar, pero que, cuando tienen que hacerlo para grupos de amigos o incluso para su pareja, la historia cambia. Y es que, al parecer, esta afirmación es del todo cierta y tiene tras ella una explicación psicológica más elaborada. “Cocinar para otros permite a las personas explorar su creatividad”, explica la profesora de Psicología y Ciencias del Cerebro de la Universidad de Boston. “Existen varias tesis que exploran el vínculo entre la expresión creativa y el bienestar general. Ya sea que se trate de pintar, hacer música o cocinar, estas actividades pueden liberar el estrés de las personas», explica.
La idea de evitar el estrés cocinando para otros puede sonar un poco descabellada, pero el simple hecho de cocinar para los demás puede ser una manera extremadamente eficaz de deshacerse de la ansiedad. Así que, por ende, cocinar para otros es una poderosa arma antiestrés. Además, explica la psicóloga, “la cocina puede ser de gran ayuda para las personas a las que les cuesta trabajo expresar sus sentimientos con palabras. En muchos países, la comida es una verdadera expresión de amor, pues es lo que nos une a todos.”