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La vacante de ‘panelista sensorial descriptivo‘, cuyas responsabilidades incluyen la cata de hasta 24 muestras de queso y 12 pizzas diferentes a la semana, entre otros alimentos, continúa vigente.
Se trata de un puesto aparentemente idílico en el que el investigador/a se encargará de realizar tres sesiones de catas a la semana, de unas tres horas de duración, en las que cobrará 15 dólares la hora. En ellas, deberá «describir una serie de productos alimenticios en términos de aspecto, textura, aroma y sabor», con el fin de puntuar cada muestra de manera precisa basándose en las métricas que les enseñen previamente en una formación completa como ‘catador de productos’.
«Hay escalas especializadas y una terminología que utilizamos a la que la gente probablemente no haya estado expuesta antes, pero todo eso se aprende sobre la marcha», explica el centro al Wisconsin State Journal.
Más allá de analizar y calificar esos productos, el trabajo incluye la participación en debates sobre las muestras degustadas, así como asistir a la formación de los catadores, a los estudios de control del rendimiento y a cada sesión de evaluación del producto.
El Wisconsin State Journal informó que actualmente había unos 135 solicitantes para los cinco puestos vacantes de panelista sensorial, de los que seguirán aceptando currículos hasta el 21 de junio.