Una gota da vida a las comidas más insulsas. Un par le dan el poder a esas que ni siquiera lo necesitan. No aptas para remilgados, cholula y sriracha se pelean Por el puesto número uno de nuestra picante despensa.
CHOE-LOO-LA
Así es como se pronuncia en los EE UU, o, más bien, como se debería pronunciar si se te da bien el ‘spanglish’, el nombre de este homenaje picantón a la ciudad de Cholula, en México. Pocos son los que han tenido el gusto en España de catar esta tan recurrida salsa, pero tiempo al tiempo para que su icónica tapa de madera vaya haciéndose un hueco en la mesa acompañando palomitas de maíz, pizzas congeladas y sopas (sí, sopas). Su picor es bastante soportable y, para qué engañarnos, sabe más a vinagre que otra cosa, pero algo tiene cuando pruebas tu primera dosis… porque resulta imposible no recurrir a ella cada dos por tres. Para que nos hagamos una idea, un chile pimiento tiene entre 0-100 unidades Scoville, mientras que los chiles habaneros oscilan entre las dos y tres mil unidades. Cholula se va a las mil, lo cual la hace ganadora entre aquellos que no aguantan ni el pimentón para alardear de que ahora les van los sabores fuertes. Y apunta:
el de lima y chile va a hacer flipar a tus guacamoles.
OBJETO DE CULTO
Desde que Sriracha llegó a nuestras vidas ya no saben ni qué inventar para homenajearla, porque hay desde llaveros a camisetas de Urban Outfitters y el digno de ser enmarcado meme de Christian Bale en ‘American Psycho’ bañado en esta densa poción. Su fórmula (un híbrido de chiles jalapeños, vinagre, azúcar, sal y ajos) la ideó David Tran, recién llegado al sueño americano desde Vietnam. Ni hacerse millonario ni convertirse en objeto de culto, lo suyo era una sincera determinación por conseguir un sustituto al Sriracha Panich, sabor tailandés que no podía faltar en ningún hogar. Se comenta que el señor Tran ignora la popularidad de su producto y que ni se imaginaba que las veinte millones de botellas que fabrica al año en California (y que le dan sesenta millones de dólares a cambio) fueran motivo de tanto revuelo. Como el que le mereció una demanda por el insoportable olor a chile que salía de su fábrica. En tortillas francesas, Pho Bo, tacos y hasta en el Bloody Mary… no te cortes.