La cerveza de regaliz es un refresco bastante curioso que ocupa un lugar especial en los corazones de los americanos. Su versatilidad como bebida atrae no solo a adultos sino que también se convierte en el favorito de los niños. Se bebe en ambientes casuales y restaurante familiares, una opción diferente a las sodas y una alternativa a la cerveza que todos conocemos –aunque ojo, la root beer no lleva alcohol. Una de las razones por las que nunca escuchamos acerca de la cerveza de regaliz en España se puede deber a que está hecha con ingredientes naturales cuyo uso ha estado estrictamente ligado a la historia de los EE UU: las raíces de la planta sassafras, por ejemplo, se utilizaban por los indios americanos en bebidas y remedios caseros. Esta plante se convierte en un sirope al que se le puede agregar agua o una especie de Casera para transformarlos en esa bebida dulce que ahora fácilmente se puede encontrar enlatada en un supermercado. La bebida se puso de moda durante la época de la Prohibición de los años 20 porque representaba una alternativa a la tan recurrida pinta de cerveza y de hecho se comercializó de esta manera hasta finales del siglo XX.
En los últimos años, el uso de alternativas artificiales a la raíz del sassafrass, funcionan para convertir a cerveza de regaliz en un producto aún más accesible para todo el mundo, pero siempre ha sido una bebida que engancha a los niños. Será porque se ha popularizado por ser “la cerveza de los niños” lo que ha hecho que su demanda crezca entre los más pequeños. Como respuesta a la industrialización al proceso de fabricación de las grandes compañías de cerveza de regaliz, las compañías más pequeñas han empezado a desarrollar formas artesanales de producir el refresco con el uso de ingrediente orgánicos.
Si tienes la oportunidad de probarla, asegúrate de hacerlo con un trozo de pizza o una hamburguesa: la combinación perfecta.