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Carlos Sainz Vázquez de Castro (Madrid, 1994) o Carlos Sainz II o Carlos Sainz Jr., el piloto español de Fórmula 1, ya es una figura consagrada del automovilismo internacional. Lo apretado de su agenda de trabajo lo atestigua: aunque en el pasado mes de abril se produjera el intervalo más largo sin competición en la actual temporada de Fórmula 1 –el 2 de abril finalizó el Gran Premio de Australia, el tercero del año, y hasta el 30 de abril no se celebraría la cuarta carrera, el Gran Premio de Azerbaiyán–, sus numerosos compromisos publicitarios y promocionales nos dejan poco más de hora y media para hacer entrevista y fotos para esta portada de Tapas. Es el signo de los tiempos: hace cuarenta años era tan fácil acercarse a Nelson Piquet o a Alain Prost como entrevistar improvisadamente a los integrantes de New Order, en los camerinos de Rock-Ola, después de un concierto.
Hoy, en cambio, hasta las preguntas han de pasar el filtro previo de los responsables de marketing de turno y todo está pactado con antelación… Afortunadamente, Carlos, que ya tiene 28 años, sigue siendo esa persona cálida y cordial que era con 21, cuando en marzo de 2015 debutó en la Fórmula 1 al volante de un bólido Toro Rosso, la segunda escudería de Red Bull, o cuando en 2019 inició temporada capitaneando el mítico equipo McLaren, con el que alcanzaría en el Gran Premio de Brasil su primer podio, finalizando la carrera en tercera posición…, ¡después de haber salido último en la jornada clasificatoria!
La entrevista se realiza en el circuito de karting que abrió en el año 2000 su padre, el célebre bicampeón mundial de rallies, en el parque empresarial Európolis de Las Rozas, en Madrid. El mismo circuito en el que el padre comenzó a guiar al hijo cuando este tenía doce años. Ahora, como primer piloto de la Scuderia Ferrari, con la que ha iniciado su tercera temporada –después de haber logrado el 3 de julio de 2022, en Silverstone, su primera victoria en un Gran Premio, el de Gran Bretaña–, se asombra de que con 28 años “se me considere ya de los que más experiencia tienen”.
La Fórmula 1 es un deporte que ha cambiado mucho con los tiempos. Antiguamente, en la época de grandes nombres del automovilismo como el argentino Juan Manuel Fangio, el italiano Alberto Ascari, el australiano Jack Brabham o los británicos Graham Hill o Jackie Stewart, los que ganaban los campeonatos eran pilotos de más de treinta años –incluso más de cuarenta, en el caso de Fangio–. Sin embargo, desde que el alemán Michael Schumacher ganara con 25 el primero de sus siete campeonatos del mundo, el triunfo es cosa de jóvenes cada vez más jóvenes –salvo Niko Rosberg y Jenson Button.
“Es la dirección en la que ha ido el deporte moderno –reflexiona el joven piloto–. No pasa solo en Fórmula 1, sino que pasa en todos los deportes actuales. Los atletas que baten récords son cada vez más jóvenes y llegan más jóvenes y mejor preparados a la alta competición”. La parte buena es que, aunque se llega más joven, las trayectorias profesionales, al menos en el automovilismo, se alargan considerablemente más. Y con opciones de victoria… Hoy día, gente con una edad ya respetable (como es el caso, en la Fórmula 1, de Fernando Alonso) o más que respetable (como es el caso, en los rallies de “supervivencia”, del propio Carlos Sainz padre, Nasser Saleh Al Attiyah o Stéphane Peterhansel), siguen en condiciones de seguir ganando grandes premios o grandes campeonatos frente al insultante poderío de los jóvenes.
Carlos Sainz reconoce que “el motor es un deporte muy físico, pero quizás no tanto como lo puede ser el atletismo, la natación u otros deportes. En el automovilismo, para poder competir a un nivel alto, la edad no es tan importante. Hoy en día la gente llega a los 40, que los llaman ‘los nuevos 30’, muy, muy fresca, con mucha capacidad tanto aeróbica como física. Y también de reflejos. Y eso hace que deportistas como mi padre, que ya tiene 61 o Fernando con más de 40, sean capaces de hacerlo bien en el motorsport”.
«Me encanta el deporte y entrenar. Para mí los entrenamientos no son sólo un sacrificio, sino también algo que me divierte»
Carlos Sainz
El propio Carlos Sainz aspira a “seguir muchos años en Fórmula 1, hasta que me canse y cumpla mis objetivos”. Para ello entrena de forma metódica e intensa. “A mí me encanta el deporte y entrenar. Tengo la suerte de que para mí, los entrenamientos no son sólo un sacrificio, sino también algo que me divierte, con lo que me gusta experimentar. Soy muy deportista y hago todo tipo de deportes; cualquier deporte que me preguntes, lo intento practicar a un nivel decente, pero sí es verdad que tengo una planificación muy específica de entrenamiento cardiovascular y entrenamiento de fuerza, que son para mí las sesiones fundamentales del día a día. El resto lo dejo para el disfrute, como puede ser el pádel, el golf o el fútbol. Los entrenamientos de fuerza y el correr, a nivel cardiovascular, son lo fundamental que tengo que cumplir en el día a día”. El recuerdo del desgraciado accidente esquiando de Michael Schumacher, aunque se produjo cuando ya se había retirado de la competición, nos lleva a preguntar si hay deportes “prohibidos” por contrato. “Existe esa leyenda urbana –explica– de que los pilotos no podemos ni hacer esquí ni paracaidismo y tal. Yo no tengo nada firmado que no me permita hacer eso…, pero no soy tonto. Sé que una caída de esquí o un accidente comprometería mi carrera deportiva. Y soy el primero que toma precauciones para que no pase”.
La comida en el paddock
En el deporte de élite, tan importante como el entrenamiento diario es la dieta. Carlos cuenta que en el paddock “se come muy bien: todos los equipos de Fórmula 1 tienen un hospitality y un catering muy, muy bueno. El de Ferrari, de comida italiana, no te puedo ni contar…”. Pero los nutricionistas están al acecho… “Yo, de jueves a domingo, tengo una dieta estricta y no puedo comer del buffet que se prepara para todo el mundo. Como atleta, tengo que comer mis platos específicos… y ¡cuando paso por el buffet me da mucha envidia!”.
«Cocino poco, la verdad, pero lo poco que cocino lo hago decentemente. Siempre que vengo. a España tiro por el chuletón o los pimientos»
Carlos Sainz
Desde que vive en Italia advierte que se ha hecho especialista en la cocina transalpina. “Aprendí a hacer una pasta carbonara a la ‘italiana de verdad’, enseñada por un italiano. Y me sale bastante bien. Cocino poco, la verdad, pero lo poco que cocino lo hago decentemente. La pasta y la pizza me gustan mucho, pero es que en Italia se come muy bien. Pero cada vez que vengo a España siempre tiro por el chuletón o los pimientos y, por supuesto, la tortilla, el jamón y las croquetas”.
Cuando llegue el Gran Premio de España, el 4 de junio, en el circuito de Montmeló, Carlos ejercerá de embajador de la cocina española entre los otros pilotos. “Cuando venimos a España sí que recomiendo restaurantes, pero también lo hago si en algún sitio internacional veo que hay algún restaurante español que merezca la pena. A veces traigo un platito de jamón para que prueben, pero es complicado porque cada uno vamos un poco a lo nuestro”.
Y tan importante como el entrenamiento diario y la dieta es contar con patrocinadores que sobrelleven el enorme coste de la competición. Ahora no, claro, porque Carlos es piloto oficial de Ferrari, pero cuando empezaba en categorías inferiores sí que era importante que alguien aportara dinero. En ese sentido, Estrella Galicia acompaña a Carlos Sainz desde 2013, cuando este competía en GP3, una de las categorías inferiores de la Fórmula 1.
¿Ganan las carreras los mejores pilotos?
El tiempo se acaba, pero no queremos que la conversación se termine sin que responda a una pregunta casi retórica, dada la dictadura que desde 2010 ejercen Red Bull (cuatro títulos consecutivos con Sebastian Vettel, y otros dos, en 2021 y 2022, con Max Verstappen) y Mercedes (siete títulos: seis de Lewis Hamilton y uno de Nico Rosberg): ¿Hasta qué punto son los mejores pilotos los que ganan las carreras? Carlos admite que “la Fórmula 1 es un deporte de pilotos, pero sobre todo lo es también de máquinas. Siempre ha sido un campeonato de marcas y siempre lo va a ser. Al final, el mejor coche suele ser el que acaba ganando (por supuesto con un buen piloto)”.
Reconoce que no es fácil cambiar las dinámicas, aunque “en la Fórmula 1 siempre se han intentado dar pasos para igualar un poco las fuerzas –explica–. Este año tenemos el límite presupuestario y una reglamentación mucho más restrictivas que no nos dejan desarrollar el coche demasiado: hay compensaciones y si estás delante tienes menos horas de túnel de viento, por ejemplo”.
A sus 28 años, demasiado veterano ya para los nuevos tiempos y demasiado joven para pensar en la retirada, sabe lidiar con la presión por terminar de explotar como campeón del mundo. “No lo llamaría impaciencia, pero sí lo llamaría ‘unas ganas tremendas’. Es mi ambición. Es por lo que trabajo día a día y es en lo que estoy centrado de aquí a los próximos cinco o diez años que tengo por delante: en ser campeón del mundo. Este es un deporte en el que nos juntamos veinte que estamos acostumbrados a ganar antes de llegar a la Fórmula 1. Somos los que hemos ganado en categorías inferiores y, de repente, llegamos a Fórmula 1 y no ganas si no tienes el coche adecuado. Y es difícil acostumbrarse al principio, pero luego te habitúas, ya que sabes que de los veinte sólo puede ganar uno”.
Los circuitos urbanos
Desde 1967, y salvo cuatro años –de 1982 a 1985, ambos inclusive– en los que no se celebró ningún gran premio de automovilismo, la Fórmula 1 siempre ha estado presente en España. Primero en los circuitos del Jarama y de Montjuïc, y luego en Jerez de la Frontera y en Montmeló. Entre 2008 y 2012 se celebró también una segunda carrera en España, en un circuito urbano desmontable que se instaló en Valencia, donde se desarrollaba el llamado Gran Premio de Europa.
Las carreras de ese campeonato paralelo alternativo que es la Fórmula E, para bolidos monoplazas propulsados al 100% con energía eléctrica, han popularizado en los últimos años las carreras en circuitos urbanos desmontables en ciudades tan exóticas para este tipo de deporte como son Nueva York, Santiago de Chile, Roma o Moscú, que recorren circuitos callejeros. “Son circuitos con más riesgo, donde sientes más la velocidad, pero también son cada vez más comunes. Son circuitos divertidos que atraen a más público, porque estás dentro de las ciudades grandes y esa es también, un poco, la dirección que ha tomado la Fórmula 1 recientemente”. Sainz nos comenta que en los últimos meses han comenzado a escucharse rumores sobre la posibilidad de que España vuelva a albergar dos campeonatos cada año, precisamente con un circuito urbano en Madrid. “Para mí, como piloto español, la prioridad es que en España se celebre un evento importante para la Fórmula 1, ya sea en Barcelona o en Madrid. Me da igual. Eso es lo importante”, concluye el piloto.