«Como la comida de mi madre en ningún sitio del mundo» dice con una sonrisa el ‘murcianico’ que tiene cuatro trofeos Grand Slams (US Open en 2022, Wimbledon en 2023 y 2024, y Roland Garros en 2024) repartidos por las estanterías de su casa en El Palmar. Entre típicos marineras murcianas (colines con forma de rosquilla con ensaladilla rusa encima y coronado con una anchoa), berberechos, mejillones y una bandeja que se podía oler a través de la pantalla de pollo al horno con patatas, disfruta con su familia un día que compone los dos meses que pasa en casa al año.
«Voy a vivir con mi madre hasta los 50» suelta entre risas de todos los comensales Carlitos Alcaraz de 21 años, actualmente 3º mejor jugador de tenis del mundo y protagonista del documental favorito de Netflix esta última semana Carlos Alcaraz: A mi manera. En esta pieza audiovisual de tres capítulos, se narra el comienzo de la historia de alguien que pretende convertirse en «el mejor del mundo», pero también relata la realidad de dos caras que representa el tenis de alto rendimiento: la gloria y el sacrificio.
En la pantalla aparece tanto un Carlos que le canta las cuarenta a su hermano pequeño por «no dejar ni un cono (marinera)» y que le gusta ir a casa de sus amigos a tomar un café después de comer y salir de fiesta, como el otro Carlos, aquel que quiere seguir las pisadas de Rafael Nadal en tierra batida y la gloria en el resto de superficies del tenis. Una dualidad que, ¿puede ser compatible?
Confiesa, que entre torneos, lo primero que hace es volver a casa y disfrutar de su familia y amigos, sin embargo, su sueño lleva en la espalda una mochila de mucho sacrificio. En este documental, no solo se cuenta la parte más jugosa de ser un tenista profesional, sino también las partes más oscuras y egoístas del deporte y del propio deportista. Desde una honestidad profunda y mucho valor, Alcaraz pone su verdad sobre la mesa y Netflix es la encargada de distribuirla: «no quiero ver el tenis como una obligación«.
Que se hagan realidad sus sueños a la vez que vivir la experiencias de un chico de 21 años, está todavía por ver. Pero, desde luego, que tenemos palomitas de sobra para ver el desenlace de esta historia, y este documental es su tráiler perfecto.
Eso sí, lo que tenemos más que claro es que es un chico casero y que aunque viaje por todo el mundo y pruebe todo tipo de platos y comidas, su plato favorito es cualquiera que haga su madre.