Unos sacan una botella de agua de la máquina antes de subirse al autobús y otros, como tú y nosotros, un cachopo.
Nos gusta comer. Ya sea una barrita energética cogida a toda prisa del supermercado o un cachopo bien grande extraído de una máquina expendedora de una estación de autobuses cualquiera. Porque esta venta, y opción, es el último grito de la estación de Oviedo, donde Juan José Piñero, propietario de la carnicería Blanco y empresario con miras, ha instalado una máquina expendedora de cachopos, el plato asturiano por excelencia denominada Cachopomatic.
Aprovechando el auge de las ventas de este producto asturiano, hasta 70 y 80 en un solo fin de semana, la idea de instalar un Cachopomatic en un lugar concurrido, como la estación de autobuses de Oviedo, era una apuesta segura. Tan segura, rentable y efectiva que este propietario ya se está pensando ampliar el negocio a otros puntos de España, por ejemplo, la estación madrileña de Atocha.
Sólo 4,50€ y el cristal de la máquina expendedora nos separa de una variedad de hasta doce cachopos.
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