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Las nuevas generaciones no paran de crear y reimaginar el mundo culinario, creando nuevos conceptos que acaban viralizándose o, en su defecto, muriendo en el inmenso océano viral. En este caso, parece haber logrado esa redención una macrotendencia en particular: la fusión entre el ‘breakfast’ y el ‘dinner’ como corriente que perdura en el tiempo.
El ‘brinner‘ ha logrado trascender todos los parámetros algorítmicos de Instagram y Tiktok gracias a una oleada de creadores de contenido que comparten constantemente sus experiencias a través del hastag #brinner. Dentro de esa etiqueta, han conformado así una especie de microuniverso digital repleto de menús escénicos, platos coloridos, capuchinos profesionales, batidos tentadores, cruasanes en cubos u otras formas insólitas.
Dulce y salado
Dentro del espectro ‘BRINNER‘ no parece haber reglas. Cada cual se lo monta a su gusto, combinando platos dulces y salados. El primero puede incluir tortitas, cruasanes, gofres, magdalenas, galletas, cereales o muesli, biscotes con cremas dulces para untar o mermeladas. Para la versión salada, el usuario puede incorporar en el mismo banquete sándwiches, canapés, tostadas de aguacate, huevos o quesos que maridar con bebidas como la leche al prosecco, los zumos de frutas o los cócteles. Aquí todo está permitido.
Orígenes
Los inicios de esta trend se remontan en Australia a principios del siglo pasado, cuando un especialista en desayunos llamado Bill Granger se dio cuenta de que los alimentos típicos de la comida matutina eran cada vez más popualres a la hora de cenar. Así nació el brinner.
Con el paso del tiempo, ese ritual y/o visión nocturna del brunch fue expandiéndose por todo el planeta, teniendo un fuerte impacto, sobre todo, en Estados Unidos. Así lo demuestran no sólo las redes, sino también la sucesión de establecimientos que, sobre todo en las grandes ciudades, dedican más espacio al desayuno por la noche.
A nivel nacional, la tendencia ha llegado a restaurantes como el Club Financiero, que ofrece al llegar la noche un exquisito ‘Night Brunch’. Su menú ‘in the club’ -que irá evolucionando a lo largo del verano- se caracteriza por fusionar sabores en bocados viajados con toques picantes y ácidos.
Un periplo que el comensal puede experimentar a través de elaboraciones como su Pizza Lito con base de Stracciatella con espinaca y trufa, su Zamburiña semi·curada con emulsión de piparras y caviar de mostaza o su Tiradito de atún rojo con salsa ponzu, boniato y mazorcas a la mantequilla. La experiencia se diluye con el cóctel ‘The Other Hugo‘ diseñado por Luca Anastasio: una refrescante creación que incluye cerveza Heineken, licor de flor de saúco y espuma ligera de menta.