El paso del tiempo nos afecta a todos, da igual nuestra religión, raza u orientación, todos sufrimos la inexorabilidad del tiempo. Sin embargo, hay veces que algunos lugares permanecen congelados en el tiempo y son ellos los que ven como todo cambia a su alrededor. La Ardosa es uno de estos mágicos lugares.
Ubicada en el madrileño barrio de Malasaña – en Calle Colón, 13 – desde 1892 cuando D. Rafael Fernández Bagena creó y fundó la famosa cadena de Bodegas La Ardosa de Madrid. Después de él, el carnicero D. Gregorio Monje y su mujer, Conchita, se hacían cargo de La Ardosa, teniendo como plato estrella la muy española y castiza tortilla de patatas. Tras ellos, sus hijos se hicieron cargo de este increíble espacio, innovando en la importación de marcas cerveceras como Budweiser o Pilsner Urquell, que no eran conocidas en aquella época en nuestro país y que La Ardosa traía a sus fieles clientes.
Unas cuantas generaciones después y varios cambios de ambiente en el barrio no han hecho que La Ardosa caiga en el olvido. Todo lo contrario, con un aspecto castizo y una fuerte tradición cervezera, La Ardosa ha conseguido adaptarse a todos los ambientes posibles y sobrevivir en su mágico rincón de la ciudad de Madrid, ofreciendo la mejor calidad y excelentes productos a sus clientes.
Según dicen, La Ardosa tiene las mejores cañas tiradas y los mejores pinchos de tortilla – hechos por Doña Concha – del centro de Madrid. No sabemos si serán los mejores de toda la ciudad, pero sin duda merecen un alto en el camino para disfrutar de la gastronomía de este sitio especial y mágico.
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