Llevamos casi seis millones de años ayunando de forma natural. Pero en el último siglo hemos decidido comer a todas horas, generando picos de glucosa e insulina constantemente, estresando a nuestro sistema digestivo, reduciendo nuestros niveles de energía y vitalidad y peleándonos a diario con la báscula.
El ayuno intermitente es escuchar a tu cuerpo, darle un descanso cuando lo necesita y respetar tu genética. Cambiando tus horarios de comidas y dando un reposo a tu sistema digestivo de vez en cuando, puedes conseguir maximizar tu salud y controlar tu peso para siempre, explica la nutricionista Mariana Aróstegui.
Si nunca has ayunado, comienza con calma y observa cómo va respondiendo tu cuerpo. De hecho, el ayuno intermitente está contraindicado en mujeres embarazadas o durante la lactancia, así como en personas con determinadas enfermedades o dolencias. La recomendación es preguntar a tu médico si puedes practicarlo. Si estás decidido a iniciarte en el ayuno intermitente, sigue estos cinco consejos de la experta:
- No ayunes dos días consecutivos, empieza con dos días por semana separados, como martes y viernes.
- Empieza con un ayuno de 12/12 y, si todo va bien, al cabo de una o dos semanas puedes incrementarlo a 18/6, lo que significa 16 horas de ayuno.
- Durante tus primeras experiencias en el ayuno, tómate los días de ayuno con calma, haz ejercicio suave y evita esfuerzos.
- Concentra nutrientes en tus comidas, para asegurar que ingieres todos los macronutrientes, minerales, vitaminas y fitonutrientes que tu cuerpo necesita, a pesar de saltarte alguna comida al ayunar. Para ello ingiere buenas raciones de verduras y frutas y añade alimentos de alta densidad nutricional como son los frutos secos o las semillas.
- Escucha a tu cuerpo y observa señales. Aunque no es lo más común, si en medio del ayuno sientes cansancio extremo, debilidad, tensión demasiado baja o incluso palpitaciones, toma un snack sano rico en glucosa como una fruta, miel cruda o frutas secas como dátiles, pasas o bayas de goji. Te ayudarán a salir rápidamente de la cetosis y a recuperarte.