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Los paparazzis llevan reflejando esta realidad desde hace un tiempo: los famosos están obsesionados con este sorprendente restaurante de sushi que cuesta unos 400 dólares por persona. Un paradigma que acabó de confirmar la velada y/o el inesperado reencuentro entre el dúo Kylie Jenner y Jordyn Woods en su local.
Este emblemático restaurante acoge así en sus mesas a las altas esferas del starsystem como una nueva institución y/o templo del omakase, que prioriza la creatividad culinaria del chef.
Sushi Park ya advierte en su cartel exterior aquello que no hacen: ni ensaladas, ni verduras, ni california roll o tempura. Tampoco siguen tendencias culinarias. Los comensales pasan aquí al siguiente nivel a través de una experiencia en la que no existen los dress codes, y no importa la estética o el interiorismo del lugar. Todo eso se relega a un segundo plano para dar prioridad a la comida en sí. Y es que, aunque el precio por persona sea elevado, se puede prescindir del omakase, más caro, y optar por opciones a la carta más económicas.
Definido por muchos como ‘el mejor sushi de Los Ángeles’, este se ha convertido así en el punto de encuentro del stardom, tanto para citas románticas como para reuniones entre amigos que ya forman parte de la cultura pop de Hollywood. De hecho, ya sólo la barandilla metálica del balcón que rodea el mall se erige como un elemento icónico y/o escenario sobre el que aparecen capturados todos los famosos que acuden a él.
Su efervescente comunidad
En ese restaurante de sushi han tenido lugar desde citas entre Elon Musk y Amber Heard, hasta de Beyoncé y Jay-Z, Harry Styles, Zöe Kravitz, Mila Kunis y Ashton Kutcher, o Kendall Jenner, que fue vista recientemente cenando en su espacio con Bad Bunny.
Todas esas personalidades son las que han encumbrado este pequeño local, a pesar de haber recibido numerosas críticas por sus ‘precios inflados’ y su inconsistente excelencia culinaria. Aunque, al final, el atractivo de este local es claro: las estrellas de Hollywood que lo frecuentan, y el ocultismo que lo envuelve. Ni siquiera cuentan con fotos de su interior, ni tienen web del restaurante. ¿Es esa la clave de su devoción celebrity?
