Sí, has leído bien: el reconocido chef español José Andrés acaba de abrir una nueva coctelería en lo alto del Ritz-Carlton New York, NoMad. Se llama Nubeluz, está ubicada en el piso 50 (ahí queda eso) del lujoso alojamiento y por ende ofrece, claro, unas impresionantes vistas de la ciudad más poblada de los Estados Unidos.
«¡Gente de #NYC! Hoy hemos abierto @nubeluzbyjose, una coctelería sobre las nubes de 50 plantas de altura en @ritzcarltonnewyorknomad. ¡Uno de los mejores tejados de la historia de Nueva York! Estoy orgulloso de mi equipo y socios por darle vida a este hermoso espacio… No puedo esperar a que veáis las increíbles vistas del centro de Manhattan y probéis nuestros cócteles y comidas, que se inspiran en la gran ciudad de Nueva York y en mi tierra natal, España. ¡Nos vemos pronto en Nubeluz!, publicaba en su Instagram hace unos días el cocinero, junto a un vídeo en el que se pueden apreciar varios platillos y dos fotos (una de un cóctel, otra del interior del local).
En el vaso
Allí el comensal puede disfrutar de interpretaciones modernas de cócteles clásicos, cosa de Miguel Lancha (quien, por cierto, también está detrás de Andrés’s Barmini, en Washington DC). Entre los más tradicionales figuran mezclas como la Continental Sour (Old Forester Rye, oloroso, limón, vino Tempranillo y opcional clara de huevo) o la Corpse Reviver Nº 2 (Oxley Gin, Lillet Blanc, triple sec, lima y aclarado de absenta); mientras que en el capítulo más contemporáneo sobresalen tragos como el Foggy Hill (Del Maguey Vida Mezcal, Yzaguirre 1884 Gran Reserva Vermouth, Cynar, Aperol y una nube aromática de naranja y tomillo) o el Apollo Nº 3 (elaborado con vodka, vermú blanco, St Germain, limón, jengibre y Club Soda).
Además, Lancha también ha dejado espacio para un puñado de sorbos (cuatro, para ser más exactos) libres de alcohol: ahí están el Emerald Coin (Seedlip Grove, melaza, limoncillo, lima y apio) y el Firefly (Gnista Barreled Oak, azafrán, albahaca tailandesa, tintura de chile tailandés y Fever Tree Indian Tonic), por ejemplo.
«To snack on»
Como no podía ser de otra manera, la carta también incluye pequeños bocados (eso sí, de altos vuelos) que acompañan las bebidas anteriormente expuestas. Sirven como botones de muestra ese jamón ibérico de bellota Cinco Jotas, el salmón ahumado (aquí servido con labneh, huevas de salmón, hierbas frescas y patata), las ostras, el queso asado (con tomillo, miel de mostaza y trufa negra opcional) y, por supuesto, el caviar.
Todo, con el imponente skyline neoyorkino de fondo, que se aprecia tanto desde el interior del local como desde las dos terrazas al aire libre que posee. Porque ya lo avisaba José Andrés, «Nubeluz extrae energía e inspiración de la gran ciudad de Nueva York, que te rodea completamente aquí a 500 pies en el aire». Y no nos extraña.