Haz clic aquí para leer la versión en inglés.
A estas alturas del año, con el verano a la vuelta de la esquina y el foco puesto en las merecidas vacaciones, lo que apetece es hacer una parada técnica de lo más reconfortante. Aunque darse a la buena vida, al relax y al buen comer suena demasiado bien como para ser real. ¿Y si te decimos que en Mijas (Málaga) hay un oasis de lujo en el que poder recargar pilas y convertirte en todo un bon vivant? Este paraíso se llama La Zambra y es mucho más que un hotel de lujo.
Ubicado en un enclave privilegiado, donde estaba el mítico hotel Byblos, cuenta con casi 200 habitaciones, 3 piscinas, un spa de 2500 m2, sala tratamientos, pistas de tenis y pádel, sala de yoga y pilates y una oferta gastronómica muy completa y variada, para que disfrutes del placer del buen comer, según tu mood y momento del día, ya que cuenta con cuatro espacios culinarios bien diferentes.
Cruzar las puertas de La Zambra es parar el tiempo, dejar los problemas fuera y disfrutar de cada rincón cuidado al detalle por Esteva i Esteva, el prestigioso estudio de arquitectura que ha remodelado el hotel pensando en el equilibrio, bienestar y relax de los huéspedes. Todo ello con un estilo andaluz marcado y un toque contemporáneo que dotan a este complejo de una armonía perfecta.
Opciones gastro de lujo para cada momento
Si algo nos gusta en Tapas es el buen comer, y si es variado tanto en comida como en ambiente, mejor que mejor. En La Zambra puedes disfrutar de este gran placer de la vida a través de cuatro espacios diferenciados, cada uno con un concepto que se adapta al mood foodie que tengas en cada momento. Todo pensado para buscar lo tradicional y español con un toque sofisticado y vanguardista en la línea del hotel. Picador, Palmito, Bamboleo y La Bartola son los restaurantes que conforman una oferta gastro a cargo de Iker González, chef ejecutivo de La Zambra y Juanjo Solano, sous chef de La Zambra y chef de Picador.
Picador, la neo-taberna de referencia
El restaurante Picador es, sin duda, el nuevo place to be de Mijas. Ubicado a la entrada del resort de La Zambra, para funcionar también manera independiente -no sólo para huéspedes-. Se trata de una neo-taberna de cocina andaluza tradicional con propuestas renovadas que sorprenderán al comensal: grandes clásicos pero con un toque personal y original para hacer de la experiencia culinaria algo memorable.
Su carta ya lo dice todo. La parte “Entre Charlas y Risas” es el momento tapeo, compartir entre amigos. Desde los musts como el jamón o la tabla de quesos hasta sus sorprendentes patatas rotas, fritas y bravas hasta las croquetas, el tartar de solomillo sobre pan brioche o la tortilla de patatas al estilo Picador. Aquí todos los platos tienen el toque único de la casa. También hay delicias «Desde el Mar» y «Desde la Tierra» en las que podrás deleitarte con propuestas como los calamares fritos con ali oli y toque cítrico, el guiso de garbanzo ecológico con bogavante y salsa holandesa, la presa ibérica glaseada con salsa Perigord y parmentier de patata trufada o el canelón de pollo rustido con bechamel trufada.
No se puede acabar la velada sin pecar como toca, cometiendo “Pequeños Delitos” y degustando la torrija del Picador con helado de pistacho o su deliciosa tarta de queso con cremoso de frambuesa. Por supuesto, en una comida a la andaluza no puede faltar el buen vino. La bodega del Picador está compuesta por más de 75 referencias nacionales e internacionales, todos a la vista del comensal, lo que hará que quieras catarlos todos.
La versatilidad de Palmito
Palmito es el espacio ideal para empezar el día en La Zambra con energía. En este amplio espacio con un diseño muy terrenal y sobrio, pero sin perder el toque chic característico del hotel (buena cuenta de ello da la pared repleta de sombreros que le confieren un aire de lo más sofisticado a Palmito).
En este restaurante, además de poder disfrutar de un desayuno –buffet y a la carta-, también tienes una oferta gastronómica estilo brasserie, con sabores a la brasa o arroces a la llauna. Aquí tampoco faltan los momentos compartidos a base de raciones como la ensaladilla de patata con huevo de codorniz o el típico cazón en adobo andaluz. Además, la gozada es poder disfrutar de todo esto también en su terraza.
Bamboleo, para ponerse a tono
Para los que busquen un poquito de ese típico jaleíto andaluz y algo más desenfadado, La Zambra ha creado Bamboleo, cuyo nombre es un claro homenaje a Julio Iglesias, que fue un cliente habitual del citado Byblos.
Bamboleo está pensado para el atardecer, ponerse a tono con unos cócteles y disfrutar de los espectáculos en directo que ofrecen al aire libre. Porque sí, aquí también hay mucho arte: flamenco y música en directo con unos shows que vuelven a aunar grandes clásicos con un toque actual que hacen que La Zambra esté constantemente a la vanguardia.
No falta tampoco el picoteo en un marco incomparable como es ver esconderse el sol entre las montañas. Esto sí que es vida y, como cantaría Julio Iglesias, «la he aprendido a vivir así».
La Bartola, el momento relax
En La Zambra no se olvidan de ningún rincón. Porque a un hotel como este también se viene a descansar y a no hacer absolutamente nada. Por eso, han creado La Bartola, una oda a la procrastinación y disfrute en las tumbonas de la piscina con todo el rollito de un típico chiringuito andaluz. De la tumbona a la barra y viceversa. La premisa es bien clara: snack ligeros para los momentos piscina. ¿Necesitas algo más?
Un lugar del que saldrás renovado
La Zambra es un buen lugar para entrenar el paladar, pero también para descansar cuerpo y mente. De hecho, cuenta con el spa más grande de la Costa del Sol. En total, más de 2.500 m2 en los que disfrutar de su aguas, jacuzzi, sauna y baños turcos. Y si lo que quieres es una renovación total, ofrece hasta 12 salas en las que podrás elegir un tratamiento 100% según tus necesidades. Si necesitas un detox, algo relajante, reconectar contigo mismo o embellecerte, en su espacio wellness sus terapeutas te guiarán en ese viaje sensorial.
En todo el resort no hay rincón que no esté cuidado al detalle. El estudio Esteva i Esteva lo ha trabajado a conciencia para convertir a La Zambra en un espacio exclusivo, pero que a la vez te hace sentir como en casa. Sus cálidos espacios de terracota, sus alegres patios, la decoración llena de vida o unos rincones en los que perderse hacen que la estancia aquí sea inolvidable. Además, pasear por sus instalaciones es un paseo por la historia y por esos años gloriosos del hotel Byblos en los años 80 y 90.
La nueva andadura de La Zambra recupera esa esencia para llevarla a otro nivel. Lo dicho, un oasis en Mijas para el relax y el buen comer. ¿Alguien da más?
