La paradisíaca Riviera Maya (México), con sus interminables playas de aguas turquesas y sus impresionantes ruinas de Chichén Itzá, alberga un revolucionario espacio inspirado por la cultura maya y la exuberante naturaleza de la selva de Tulum: Azulik Uh May, ‘La Ciudad de las Artes’, rodeada de un diseño arquitectónico único. En este mágico rincón coexisten la naturaleza, el arte y la sabiduría ancestral, y en su interior se encuentra uno de los restaurantes más originales de la zona.
“En Jungle Cuisine, la alta cocina se fusiona con las propiedades medicinales de los alimentos. Un restaurante donde cada ingrediente se selecciona cuidadosamente teniendo en cuenta sus beneficios para el bienestar del cuerpo. Creemos que cada persona es única, y nos gustaría que todo aquel que nos visite abrace su singularidad”, explican sus creadores.
En el corazón de la selva
Su dinámico menú cambia constantemente y se adapta a las materias primas orgánicas y locales disponibles cada día. Según nos cuentan, esto garantiza la frescura de los cinco platos que se sirven en la mesa: “Los chefs están muy influenciados por el arte y la naturaleza, lo que se traduce casi en piezas de arte comestibles. Diseñamos nuestra vajilla artesanal inspirada en la naturaleza y reproducimos el entorno natural en cada detalle”.
Una de las creaciones de esta semana, por ejemplo, es un postre de canela, maíz, calabaza, xtabentun -una especie de hidromiel- y flores de su huerto que simboliza “la dulzura de la vida: alegre, compleja y al mismo tiempo sutil”.
Además, su propuesta de coctelería también es muy singular: se basa en licores artesanales, superalimentos, plantas medicinales y zumos naturales “especialmente diseñados para potenciar los sabores de los platos”. Como reza el lema del restaurante: “sumérjanse en la selva y confíen en lo impredecible”.
