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Se llama Les Grands Buffets y nació en 1989 en la pequeña ciudad de Narbona. En su interior, extendido a lo largo de cuatro comedores suntuosamente decorados en diferentes estilos, deslumbran torres de langostas y grandes fuentes de chocolate. Esos destellos también se reflejan desde su delicioso expositor de quesos y postres con los que iniciarse o finalizar su festín orquestado en torno a la cocina tradicional francesa.
En este restaurante de moda, el renacimiento del clásico banquete francés va más allá del plato, rindiendo homenaje a las artes tradicionales de una mesa de prestigio cubierta con manteles de tela, copas estilizadas y servilletas bordadas iluminadas por la luz de las velas.
Reviviendo el clásico banquete francés
‘Desde la Edad Media, así celebraban sus grandes banquetes las cabezas coronadas y la aristocracia francesa. A diferencia del servicio a la inglesa o a la rusa, el servicio a la francesa consiste en servir todos los platos al mismo tiempo en un «buffet», invitando a cada invitado a componer su propio menú según sus gustos y fantasías’, rezan las notas de este restaurante que pretende evocar esos majestuosos rituales culinarios que marcaron la historia.
La experiencia en cuestión puede revivirse desde una sala de art decó a un salón aristocrático con carpa, que rinde homenaje a Luis XIV, entre lámparas de araña o elementos románticos que acompañan estéticamente la velada.
Este edén gastronómico presentado como una especie de museo o teatro culinario -que será próximamente ampliado y modernizado- fue ideado por Louis Privat. El visionario restaurador que ofrecería un giro sofisticado a ese concepto denostado del buffet con el fin de elevarlo a la categoría de arte.
En este sentido, los camareros atienden y sirven excepcionales platos a las mesas por la que los sibaritas están dispuestos a esperar hasta un año. Pues cuenta con una lista de espera infinita de personas que desean adentrarse en el universo de Les Grands Buffets.
El año pasado, más de 380 mil personas pagaron 52,90 por el placer de visitarlo. Es decir, el coste de la experiencia con el que este restaurante acumuló en 2023 una riqueza de 24 millones de euros. Una cifra desorbitada que lo convertiría en uno de los restaurantes más rentables de Francia.
Un homenaje a las artes de la mesa
Desde el caviar hasta sus patés, foie gras o sus carnes como el jabalí o la liebre -que conforman ‘el santo grial de la charcutería’-: los títulos de este restaurante, como su menú, también son ilimitados. Y es que, su tabla de queso con 111 variedades también está avalada por un Récord Guiness.
La fórmula de su éxito reside precisamente en la conexión de todos esos elementos que convierten este bufé en el mejor y más grande del mundo; con una propuesta gastronómica que encumbra la cocina tradicional francesa a través de monumentales fuentes de marisco con ostras, mejillones o langostinos, sèches à la sétoise, pescados frescos preparados al momento, huesos de tuétano con flor de sal o postres de ensueño como sus tartas tatin presentadas en vasos.
‘Comience su viaje gastronómico con una parada en el mundo de los entremeses, desvíese hacia el marisco, continúe su procesión por el asador y deje el resto del menú a su imaginación’, sugiere el restaurante.
