Tenemos un refranero que es para enmarcar. Y cuando se trata de comida hasta podríamos cocinarlos de lo bueno que están. Y hoy, ahora que vamos a preparar la comida, mejor estar entretenidos buscando el significado de “No todo el monte es orégano”, aunque bien podría serlo.
Si hace unas semanas lo hicimos con “Cuando seas padre comerás huevos”, hoy nos toca buscar el sentido a este refrán popular español que tanto hemos oído pero que, muy seguramente, no nos hemos preocupado de buscar el significado.
Que no todo es bueno. Es la primera idea que se nos viene a la cabeza, ¿verdad? Y en parte tenemos razón.
También podemos emplear este refrán para decir que no todos los retos que se nos presenten en la vida serán fáciles. Pero vamos al auténtico origen y a intentar ver la relación que guarda con los fogones.
Antiguamente el orégano, además de un condimento de gran sabor para las comidas, era un remedio medicinal para casi todo. Podíamos verlo formando parte de cientos de ungüentos para cientos de males y, por supuesto, era una especia que se encontraba a raudales en los campos y montes.
Hacer referencia al orégano y no al tomillo o romero, otras plantas que también son abundantes en las zonas verdes, tiene que ver con el significado de orégano en la etimología griega: planta que alegra el monte.