Dietas, milagrosas o no, hay cientos de miles (desde militares, hasta hipotóxicas…), pero el objetivo siempre (o casi siempre) suele ser el mismo: salud o pérdida de peso. Sin embargo, hay una entre todas ellas que en los últimos tiempos está dando mucho de qué hablar en España: se llama dieta Keto (o dieta cetogénica), un estilo de alimentación alto en grasa, moderado en proteínas y bajo en carbohidratos, con el que se consigue «una relación a largo plazo con la comida» permitiendo a quien la ejecuta «disfrutarla al máximo».
Al menos así es como lo explica Laura, creadora de contenido (@keto_con_laura) y autora de ‘Cocina Keto’, un libro en el que ella misma explica con rigor y practicidad este estilo de vida, fotografías, recetas (100 en total) explicadas paso a paso, trucos y consejos mediante. «Lo que hace realmente especial este libro son las 100 recetas keto fáciles, deliciosas, para cada día y, sobre todo, adaptadas a la tradición mediterránea que ofrece y que incluyen siempre los valores nutricionales para guiarnos en este nuevo estilo de vida».
La quema de grasa corporal, la pérdida de peso, la reducción del apetito y de la inflamación y el aumento del rendimiento mental y de la resistencia física son algunos de los beneficios que el plan de alimentación promete poseer. Pero para ello, claro, siempre hay que tener en cuenta ciertos porcentajes.
¿Qué puedo comer en la dieta Keto?
Como ya adelantábamos líneas arriba, el régimen que nos ocupa apuesta por reducir los carbohidratos, controlar las proteínas y aumentar las grasas. De hecho, para ponerla en práctica se debe asignar un porcentaje a estos tres macronutrientes (conocidos como macros). En la dieta Keto las cantidades suelen funcionar de la siguiente forma: 75% de grasas, 20% de proteínas y 5% de carbohidratos del total de lo que se consume en un día.
Y a pesar de que esto, a priori, puede resultar raro (ya que el objetivo es perder peso), lo cierto es que tiene su explicación: la baja ingesta de hidratos provoca que nuestro cuerpo use las grasas como fuente principal de energía. Así, la quema de grasa aumenta y se reducen las ganas de comer, es lo que se conoce como cetosis.
Pescados y mariscos (salmón, atún, sardinas, caballa…), carnes (pollo, cerdo, ternera, aves), verduras (brócoli, coliflor, acelgas, espinacas, lechuga…), huevos, determinadas frutas (aguacate, fresas, arándanos, moras), frutos secos (nueces, avellanas, almendras, piñones), lácteos (yogur natural, quesos, kéfir, leche, mantequilla) y bebidas (agua, té rojo y verde, infuiones, café sin azúcar) están permitidos en la dieta Keto. Mientras que, por el contrario, productos como las patatas, los refrescos, el pan de molde, la cerveza, el arroz, la bollería y los dulces están prohibidos.