Como una cruel broma del destino, el cantante Georgie Dann, que tanto nos ha hecho mover las caderas durante décadas con sus canciones del verano, ha muerto este miércoles durante la operación de la suya propia a los 81 años de edad. La intervención estaba siendo realizada en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid.
Nacido en París en el seno de una familia de músicos y artistas, aunque residente en nuestro país durante buena parte de su vida, parece que Georgie Dann tenía claro desde muy joven que quería dedicarse a la canción. Y a pesar de que la fama y el éxito le llegó por realizar composiciones que podríamos definir –siendo benevolentes– como ‘ligeras’, lo cierto es que estudió nueve años en el Conservatorio de París, convirtiéndose en un experto clarinetista, además de tocar otros instrumentos como el acordeón y el saxo.
También era licenciado en Magisterio, y parece ser que el gusto por las letras fáciles, pegadizas y humorísticas comenzó en aquellos años, cuando componía canciones para sus alumnos.
El destino le llevaría a nuestro país en 1965 para participar en el Festival del Mediterráneo representando a su Francia natal con la canción Tout ce que tu sais, y esto supondría un giro de 180 grados en su carrera y su vida, ya que después de un par de años de actuaciones y giras en Latinoamérica, se establecería en España el resto de su vida.
Georgie Dann pasará a la historia por esas canciones del verano que forman parte del imaginario colectivo de varias generaciones y que todos –repito, todos– hemos bailado una y otra vez. Hablamos de grandes himnos de la época estival como El Bimbó, Macumba, Carnaval, carnaval o El africano. O las mucho más gastronómicas (y sabrosonas) El chiringuito, La barbacoa, Cóctel tropical o La cerveza. Nuestros veranos –para bien o para mal– no habrían sido igual sin él.