Que el restaurante Atrio de Cáceres atesora la mejor colección de vino de toda España, con más de 40.000 referencias, es algo conocido por todos. También por los delincuentes, que en la madrugada del martes al miércoles asaltaron su bodega llevándose un total de 45 botellas. Entre los vinos que se han llevado los ladrones en el robo del restaurante Atrio, se encuentra un Chateau dYquem de 1806, cuyo precio en la carta de vinos del establecimiento ascendía hasta los 150.000 euros, pero que en realidad –como ha asegurado José Polo, sumiller del restaurante– «es incalculable. Y no en realidad no lo hubiera vendido ni por un millón de euros». Además, han sido robadas 38 botellas de Romanée Conti, que tienen un precio medio de 12.000 euros en la carta.
Según informa El Mundo, el robo, que tuvo lugar sobre la 1.30 horas de la madrugada, ha sido perpetrado por un hombre y una mujer, después de que pidieran alojarse en el hotel que tiene el restaurante. En un descuido de uno de los empleados, la pareja ha bajado a la bodega «sin forzar las cerraduras, por lo que intuyen que han utilizado medios electrónicos muy sofisticados», según recoge el citado diario.
Por su parte, José Polo ha hecho pública una carta, titulada ‘Un corazón roto’, en la que explica el duro golpe, sobre todo emocional, que ha supuesto este robo de la bodega de su restaurante Atrio, y que reprocucimos a continucación:
Un corazón roto
Hoy no pude dormir. Ayer, 27 de octubre, después de haber pasado una terrible pandemia que ha hecho temblar las estructuras a nivel económico pero sobre todo a nivel social y humano, sufrimos un robo en la bodega de Atrio. Más que un robo es como si nos hubieran forzado, amordazado y apaleado.
Hoy sentimos una inmensa tristeza. Eran 45 botellas muy especiales compradas desde hace décadas con mucho esfuerzo y cariño, y con los enfados de Toño, que me reprendía cuando se enteraba de mis locuras de querer hacer en Cáceres, ciudad que amamos profundamente, una de las mejores bodegas del mundo.
Desde ayer hay menos botellas, pero Atrio, con su bodega y el esfuerzo de todos los que hemos hecho posible esta pequeña historia, seguirá adelante.
Lo que más me duele es la pérdida del Chateau d’Yquem de 1806, que ya estuvo a punto de morir hace dos décadas, y que salvamos finalmente con una de las historias más bellas del mundo del vino jamás contadas. Esa botella era parte de mi historia personal, casi parte de mí, de la historia de Atrio, pero también de Cáceres, de sus ciudadanos, de todos los amantes del mundo del vino; ella es la botella, imposible de sustituir por lo que de esfuerzo, sacrificio y amor a una profesión y al vino ha conllevado. 215 años de historia de España, de guerras, de tiempos de paz y de la construcción de una Europa Unida.
Lo peor de todo es que no nos han robado dinero, ni siquiera objetos, nos han arrancado parte de nuestra historia, de nuestro corazón. Al principio pensábamos no contarlo; casi sentíamos vergüenza, como si fuera culpa nuestra, como si hubiéramos consentido, pero al final, después de una profunda reflexión, decidimos contarlo para que no les suceda a otros y para que los compañeros se protejan. Me voy enterando de robos en restaurantes y quizás, de haberlo sabido antes, esto no hubiera pasado.
Hoy nos vamos a permitir estar de luto, pero NI UN DÍA MÁS.