De tocino de cielo, de café, de plátano… Los sabores de los licores esconden secretos e historia. Algunos abrazan extractos vegetales y esencias propias de la zona, otros están creados a partir de ingredientes típicos de ciertas comarcas… pero todos comparten dos elementos: el pasado y la celebración. Y como sabemos que los hay de todos los colores (y sabores), he aquí la lista de los más típicos de cada Comunidad Autónoma.
Queimada – Galicia
Este ponche está tradicionalmente relacionado con la magia, los conjuros y las meigas («brujas» en gallego). Y debe tomarse, según la leyenda, tras la pronunciación de un conjuro previo que protegerá a quien lo tome de los malos espíritus. La receta, que se prepara en potas de barro y suele incluir orujo o aguardiente, azúcar, granos de café y cáscara de limón y naranja, es una herencia ancestral que se mantiene en celebraciones.
Pacharán – Navarra, País Vasco y Castilla y León
Es, desde la Edad Media, la bebida por excelencia de Navarra, País Vasco y Castilla y León. Se elabora únicamente a base de endrinas (ese fruto de color azulado y tacto aterciopelado) y anisado (su azúcar aporta dulzor y densidad, lo que compensa ese amargor propio de las endrinas). Normalmente se toma solo con hielo, aunque también se suma a infusiones.
Licor 43 – Murcia
Dicen que es el licor español más vendido en el mundo (está presente en más de 50 países) y debe su nombre a los 43 ingredientes que se empleaban para su elaboración: productos cítricos típicamente mediterráneos combinados con sugerentes toques botánicos. Es dulce, se toma frío y habitualmente se mezcla con otras bebidas que redondean el trago.
Resolí – Castilla La Mancha
Los ingredientes del que es típico de Cuenca suelen ser café, anís seco o aguardiente, canela en rama, corteza de naranja y de limón, azúcar, clavo y agua. Se consume especialmente en Navidad y Semana Santa y también es conocido como resoli (o arresoli).
Cazalla – Comunidad Valenciana
Aunque no es originario del Mediterráneo (fue en Cazalla de la Sierra, Sevilla, donde se comenzó a fabricar), este aguardiente seco y prácticamente transparente es muy típico de la Comunidad Valenciana. Se obtiene de la destilación de granos de anís y suele tomarse acompañado de un poco de agua en momentos de celebración, como las Fiestas de Moros y Cristianos.
Licor de plátano- Islas Canarias
Como era de esperar, en Canarias es obligatorio probar su licor de plátano. Contiene una graduación alcohólica de 30º y se elabora con aguardiente de caña, siguiendo el método tradicional de las antiguas generaciones isleñas, que maceraban las frutas para obtener mistela.
Palo mallorquín – Islas Baleares
Es la bebida estrella del archipiélago mediterráneo y se elabora en la isla de la que toma nombre desde mediados del siglo XIX. ¿Que de dónde sale? De plantas medicinales de color oscuro, denso y viscoso. Su composición parte de una infusión de corteza de quina y raíces de genciana, a la cual se añade azúcar quemado (caramelo) y alcohol etílico.
Licor de café – Asturias
Combina el fuerte sabor del orujo con el penetrante regusto del café… y ahí es donde reside su atractivo. Para su elaboración se emplea aguardiente, café molido, azúcar y canela (aunque además hay quien le añade un poco de chocolate). Ah, y también es muy consumido en Galicia.
Crema catalana – Cataluña
Su sabor se inspira en la textura del postre homónimo: se produce a base de leche, azúcar, huevo, vainilla, canela y caramelo mezclados con alcohol etílico. Y claro, es dulce y de origen catalán.
Ratafía – Aragón
Se hace con una base de aguardiente, piel de limón, clavo, nuez moscada, nuez verde y canela, entre otras hierbas. Y es tradicional en Teruel, al igual que en Zaragoza y Cataluña.
Gloria – Extremadura
Es un producto completamente natural y genuino, hecho según las técnicas tradicionales y a partir de los propios alcoholes y los jugos de la fruta. Carece de elementos sintéticos y solo contiene cerezas cultivadas en el Valle del Jerte.
Chinchón – Madrid
Se produce y embotella en la localidad madrileña de la que toma nombre (claro…) y se elabora con matalahúva, grano de anís o anís verde. Puede comercializarse en cuatro categorías: dulce, seco, extra seco y seco especial (ojo, este último es el más fuerte).
Tocino de cielo – Andalucía
Típico de la provincia de Cádiz, mezcla el brandy de Jerez de la Frontera con esencias de tocino de cielo. El brandy es envejecido en la bodega, con esencias de caramelo y yema de huevos tostada.
Valvanera – La Rioja
Este licor de hierbas se produce a partir de ingredientes naturales y utilizando métodos artesanales perfeccionados durante años por los monjes de la Abadía de Valvanera. Se sabe que lleva enebro, manzanilla serrana… y 12 hierbas (¡la receta es secreta!), empleadas por sus productores desde el siglo XVI.
Orujo de Liébana – Cantabria
Está acogido a la Denominación «Calidad Cantabria» desde 1992. Y, aunque la industria del orujo se ha modernizado desde entonces, la esencia de su elaboración se mantiene intacta. ¿Sus ingredientes principales? Orujo, obviamente, y té del Puerto, una planta local y silvestre que solo se reproduce en los Picos de Europa, por encima de los 1.200 metros.