Con la llegada de noviembre, también lo hace el día de Todos los Santos (1 de noviembre) y un plato típico, los huesos de santo. Los tradicionales son los de yema, pero actualmente se pueden encontrar tantos sabores cómo la mente del ser humano sea capaz de innovar, como chocolate, fresa, praliné, coco, ciruela, mermelada…
Normalmente, según las épocas del año y cada Comunidad Autónoma, se tiene predilección por algún plato, incluso identificándolo como plato típico de la tierra.
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Ingredientes de los huesos de santo rellenos de yema.
- Almendra molida (para el mazapán) 200 g
- Azúcar (para el mazapán) 200 g
- Agua (para el mazapán) 100 g
- Yema de huevo L (para la yema) 4
- Azúcar (para la yema). 100 g
- Agua (para la yema) 50 g
- Azúcar glas (para el baño) 150 g
- Agua, 3 cucharadas aproximadamente (para el baño)
Proceso de elaboración
Para empezar, lo primero que se prepara es el mazapán. En una olla se echa azúcar y agua, a fuego medio, hasta llevarlo a ebullición. Una vez que lleve un minuto hirviendo se retira del fuego. Seguidamente, en un recipiente se echa almendra molida con un tercio de almíbar preparado. Esta mezcla se va removiendo con una cuchara de madera para que vaya ganando consistencia.
Posteriormente, se hace una bola con la masa y se deja reposar durante dos horas. Una vez frío, echamos azúcar glas en la mesa y se amasa el mazapán con un rodillo hasta que tenga un grosor de 2 a 3 milímetros. Después se cortan unos rectángulos de 5 centímetros de ancho por 6 centímetros de alto y se les deja secar unas 3 horas, una vez estén enrollados.
Para preparar la yema, es necesario un bol apto para microondas. Lo primero que se tiene que hacer es echar las yemas y batir ligeramente. Por otro lado, en una olla se echa agua con azúcar para preparar el almíbar. Cuando llegue a punto de ebullición, se cuentan tres minutos y se retira del fuego. Posteriormente, se echa el almíbar junto a las yemas y se remueve todo.
Una vez lo tenemos todo, se cuece en el microondas a máxima potencia por tiempos de 30 segundos, hasta que la yema esté espesa. También se puede hacer al baño maría con cuidado de que no se corte y removiendo durante todo el proceso (aproximadamente media hora).
Después se deja la yema enfriando a temperatura ambiente tapada con un film pegado a la superficie para que así no haga costra. Posteriormente, se mete en la nevera durante dos horas para que vaya cogiendo forma.
Cuando los huesos se han secado, con ayuda de una manga pastelera se echa la yema. Una vez rellenos, preparamos con el azúcar glas y el agua, una glasa de baño y vamos metiendo los huesos en ella dándoles la vuelta con dos cucharitas, y dejándolos posteriormente escurrir en una rejilla hasta que se sequen, que serán por lo menos cuatro o cinco horas dependiendo de la humedad del ambiente.