Aunque Wally López (Madrid, 1976) nació muy lejos del mar en general y de las aguas turquesas que bañan Ibiza en particular, con el tiempo se ha convertido en uno de los mayores embajadores de la isla, llevando su nombre por todo el mundo junto con su maleta de discos. Ahora se cumplen dos décadas de su primera actuación allí, del comienzo de un idilio que, sin embargo, no comenzó con buen pie…
¿Cómo recuerdas la primera vez que pinchaste en Ibiza?
Muy diferente… ¡fue horrible! [risas]. Fui a tocar a El Divino (era uno de los míticos clubes, donde ahora está el Lío) y la experiencia no fue muy buena, ni en la isla, ni en el club, ni nada… Prometí no volver jamás, hasta que en diciembre de ese año me llamaron de Pacha y entonces mi vida y mi amor por Ibiza cambiaron.
¿Cómo ha cambiado la isla desde entonces? No por la actual de la pandemia, sino en general.
Pues un montón. Ha evolucionado mucho, siempre ha habido gente importante y con dinero allí pero antes no se les veía y ahora se hacen ver. Antes no había esos cochazos, y esas tiendas de lujo. También están viniendo muchos ejecutivos de Las Vegas a dirigir, por ejemplo, negocios con una visión completamente diferente y varios fondos de inversión haciendo lo suyo… Antes era todo más sobre la marcha, lo que no digo que sea mejor ni peor, todo tiene su cosa buena y su cosa mala, pero diferente sí que es.
¿Y cómo ha evolucionado tu música desde entonces?
Pues yo me he reinventado constantemente y sigo haciéndolo, no me gustan las etiquetas (nunca me gustaron) pero sí que he aprendido por fin después de tantos años (nunca es tarde para aprender) que yo soy yo, voy a lo mío, no me meto con nadie y estoy feliz así. Y creo que mi música, mis programas de radio y mis redes sociales me representan tal y como soy.
Ahora sí, hablemos de la pandemia: para un Dj tiene que ser muy duro ver las discotecas cerradas…
Ha sido durísimo, en marzo de 2020 sufrí un bajón anímico que nunca me había visto así. Pensé que todo por lo que había luchado se había acabado. Pero en abril llegó mi cumpleaños, que siempre lo celebro a lo grande haciendo algún evento, y lo pasé con mi mujer y mis hijos, y fue el punto de inflexión para venirme arriba de nuevo. Tengo la suerte de que no me haya tocado nada cercano, si no el discurso sería completamente diferente. Pero ahora me siento más inspirado y con más ganas que nunca.
Hay quien dice que en Ibiza se ha hecho una ‘criba’ a favor de un turismo de más calidad con las grandes salas clausuradas… ¿qué opinas al respecto?
Bullshit! El que dice eso no ha visitado un lunes el Dc10 donde puedes ver a Madonna, Valentino Rossi o Virgil Abloh; no ha ido a Ushuaia donde va Messi y los futbolistas más importantes del mundo o no se ha paseado por Pacha donde he estado con Mbappe o J Balvin, por ejemplo. Ese turismo de calidad sale de noche… No soy muy reivindicativo, pero sí creo que lo único que pueden conseguir con esto es que se vayan a otros destinos y les cueste volver. Aunque Ibiza siempre será Ibiza.
Cuando pase la pandemia, ¿el clubbing volverá tal y como lo conocimos o será diferente?
Creo que va a ser… ¡mucho mejor! El clubbing con electrónica al menos es para un adulto que ya solía decir que casi no salía, bla bla bla… la pandemia va a reforzar las ganas de salir y pasarlo bien. Hay ganas de fiesta y de disfrutar.
Los que te seguimos en redes estamos acostumbrados a verte comiendo y bebiendo muy bien… ¿Cómo de foodie te consideras? ¿desde cuándo la gastronomía es uno de tus hobbies?
Todo empezó en 2009 o 2010, cuando mi mujer me regaló una Guía Michelin y decidimos ir a sitios a ver de qué iba eso. El primero fue Ramiro’s en Valladolid y de ahí hemos hecho de la gastronomía una parte de nuestra forma de disfrutar la vida. Y en cuanto al ‘nivel de foodie’, pues he ido a sitios a pinchar dependiendo de qué restaurantes estuvieran en la zona o he hecho tours actuando por países y haciéndome otro tour gastronómico en paralelo. ¡También he hecho vacaciones sólo de ir a comer! [risas].
¿Cuáles han sido tus últimos descubrimientos culinarios?
Pues mira, en Ibiza están surgiendo un montón de propuestas nuevas que me están gustando mucho, aunque siempre tendré especial adoración por David Reartes y lo bien que cuida el producto local. No todo el mundo lo sabe, pero el producto ibicenco es increíble: patatas, tomates, cebollas, porc negre… ¡y las maravillosas gambas rojas que luego nos quitan en Denia o Palamós! (es broma). También me gusta Jondal, donde Rafa Zafra ha cambiado las normas de un restaurante en la playa. Y en Santa Eulalia el Chiringuito Blue, donde disfruto de una mezcla de comida israelí con nuestro toque y es lo más. En Madrid uno de los nuevos sitios con los que he flipado es Nina Pasta Bar, aunque siempre recomendaré a todo el mundo pasar por Coque. Y si vas a Majadahonda: ojo con Toque, ¡cómo se come! Pero vamos, suelo visitar cada semana algún restaurante nuevo o repetir en algún clásico mío.
¿Y te atreves también con los fogones?
Nada, los fogones en casa los toca mi mujer, que tiene muy muy buena mano para la cocina.
¿No te animas a invertir en algún restaurante? Mucha gente conocida lo está haciendo últimamente…
Sí y no… Nadie me ha ofrecido ser parte de ninguno y yo nunca tendría un restaurante mío… es demasiado esfuerzo, la hostelería es de los trabajos más duros que hay, muchas horas dando el callo. Les tengo demasiado respeto por su vocación como para meterme a hacer nada. Pero tener algo que ver con alguno de mis buenos amigos sí me gustaría.
La música electrónica es vanguardia. Y la alta gastronomía en muchas ocasiones, también. ¿Crees que hay paralelismos entre ambos universos creativos?
¡Muchísimos! Por eso creo que nos llevamos tan bien. Si te soy sincero, yo he aprendido más de los chefs que de los djs en mi trabajo. Los chefs son mucho más cuidadosos en los detalles que nosotros. Y esa parte, la de la importancia de cuidar los detalles por pequeños que sean, es lo que más me han enseñado ellos.
Tu música trascendió la pista de baile y colaboraste en la experiencia gastronómica de Sublimotion. ¿Se repetirá? ¿Harás otras acciones de este tipo?
Creo que se repetirá pero no sé muy bien cuándo… Este año abren con un formato más corto. Con la pandemia vamos todos un poco sobre la marcha… aunque mi relación con ellos es brutal y ojalá sea por más años. Y más colaboraciones no sé… Siempre quise hacer algo con mi amigo Quique Dacosta o en Madrid con Mario Sandoval.
Si pudieras coger ahora mismo un avión a cualquier parte del mundo, ¿a dónde irías y qué plato pedirías?
Me iría a Ibiza (espero poder ir ya cuando acabe mi temporada en Europa FM) y comerme un buen bullit de peix con una sangría de tinto.