La comida no solo sirve para comérsela. Y os preguntaréis, ¿qué otra función puede tener una pizza? Los alimentos pueden convertirse en obras de arte, y eso nos ha mostrado la colección de fotografías “Pizza is the new black”.
El fotógrafo Erwan Fichou y la chef Julie Basset es el equipo “culpable” de crear estas maravillas visuales en forma de circunferencia.
Black Pizza es el estudio creativo que ha reunido a estos dos profesionales que han confeccionado esta serie de alimentos poco apetecibles para el paladar pero muy deseables para deleitar la mirada.
Entre los ingredientes más extraños de estas pizzas se encuentran teléfonos móviles, pintalabios, un cubo de Rubik… Y por otro lado, entre los componentes más atractivos podéis encontrar dulces, frutas o verduras, aunque, finalmente, son pizzas para degustar con la mirada, pero nunca con la boca.