La Rioja se define como un mágico rincón. La heterogeneidad de elementos naturales, culturales e históricos permite al visitante cambiar de mundo a cada paso sin hacerlo de territorio. La Rioja es la diversidad en la proximidad. Es una tierra para disfrutar con calma y beberse sorbo a sorbo, para no perderse ninguno de sus detalles, para aprovechar todos los regalos que constantemente ofrece al visitante.
El día a día en esta tierra con nombre de vino discurre entre fogones, experiencias, bienes culturales y majestuosos parajes. Es la tierra de la gastronomía de estrella y de la tradicional, que sabiamente crean las expertas manos de sus cocineros. Deliciosas propuestas culinarias con productos de calidad que se convierten en exquisitos manjares para el paladar.
El enoturismo vertebra cualquier viaje hacia La Rioja. Las bodegas centenarias y de vanguardia pueblan casi toda la superficie de la Comunidad. El vino que nace aquí se bebe y aprecia en todo el mundo. Además de un estilo de vida, es una experiencia mayúscula.
Al abrigo de la piedra, monasterios y castillos encierran historias escritas. Es tierra de palabra, cuna del español. Los monasterios de Suso y Yuso, en San Millán de la Cogolla, son Patrimonio de la Humanidad y es que en este entorno plácido para retiros espirituales aparecieron los primeros escritos en esta lengua universal.
La Rioja es Camino de Santiago, es turismo activo, es tierra de kilómetros de itinerarios verdes, es tierra repleta de icnitas, de vivencias únicas… Es el lugar donde, día a día, disfrutar de esas pequeñas cosas que siguen emocionándonos.