Tan solo se necesita una tarde libre para disfrutar con los peques dejando que se embarren las manos (y los mandiles) de chocolate para que lo pasen en grande cocinando una sencilla merienda. La lista de la compra es fácil con esta receta porque solo hay que bajar a la frutería a comprar 3 plátanos maduros, una tableta de chocolate para postres (cuanto más puro mejor), 6 palitos de madera y nueces.
Un día antes de comerlos se pelan los plátanos, se parten por la mitad y se atraviesan con el palo de madera. Luego se meten al congelador durante toda la noche. Se derrite el chocolate al baño de maría y se sumergen los plátanos congelados uno por uno. Antes de que el chocolate se ponga duro se añaden almendras picadas. Se pueden consumir inmediatamente o se vuelven a meter unos minutos en el congelador para que el chocolate quede más crujiente.
¡A disfrutar!