Se le conoce como el Cavino y, quienes lo realizan, como cavinantes. Este viaje, que combina 6 de las etapas del Camino de Santiago con visitas a bodegas, une el mundo del vino, del deporte, de la gastronomía, del turismo y del peregrino. Durante una semana, se caminan trayectos con una media de 12 km, aptos para cualquier persona. En estos recorridos, se visitan zonas que son denominadas de origen de vino: Rioja, Ribera de Duero, Toro, Bierzo y Ribeira Sacra.
Esta idea nació en el 2011 cuando el sumiller malagueño Enrique López recorría el Camino Francés. Su gusto por la ruta Xacobea y por el vino, lo llevaron a emprender este negocio que vio la luz por primera vez en el 2015.
La dinámica del Cavino comienza con el desayuno en el hotel. Después, se realiza la caminata de la etapa correspondiente. Terminado los kilómetros, el bus que acompaña El Cavino recoge a los cavinantes y los transporta a la bodega de aquella zona. Luego de la visita a la bodega y la cata de vinos, se hace la comida ahí mismo. Al final del día, el bus los traslada a la siguiente ciudad donde pasarán la noche.
En la primera etapa se visita la Bodega Eguren en Laguardia, Rioja. Desde 1870, seis generaciones han conservado la tradición familiar. En un terreno de 130 hectáreas de viñedo propio, combinan la forma tradicional con las técnicas vitícolas más actuales. Entre la gama de vinos se encuentran los de crianza, los monovarietales (tinto tempranillo, uvas Rioja y blanco), rosado y los clásicos.
La siguiente parada son las Bodegas Portia, pertenecientes al Grupo Faustino. Ubicadas en Ribera del Duero, algo que cabe que destacar es el diseño arquitectónico de tres plantas creado por el arquitecto inglés Lord Norman Foster. En cada uno de los tres pétalos de esta flor, concebido de esta forma por Foster, sucede una fase diferente de la elaboración del vino. Con 12.500 metros cuadrados, su producción se divide en 6 vinos: Verdejo, Roble, Crianza, Prima La Encina, Triennia de Portia y Summa.
A mitad de camino, un “pedazo del cielo” se atraviesa. Divina Proporción, en la región de Toro, tiene una capacidad para 120.000 kgs. de uva por cosecha. A pesar de haber producido su primer vino en 2011, el dueño, Máximo San José y su familia, han recibido numerosos reconocimientos por la calidad del producto. Las estrellas: Madremía y Abracadabra.
En Bierzo, previo al término, está el Palacio de Canedo. Esta bodega es una casona del siglo XVIII que fue recuperada por José Luis Prada. También hotel y restaurante, Palacio de Canedo conserva y respeta el legado, cuidando de las 30 hectáreas que lo rodean. Producen vinos blancos, rosados, tintos y espumosos, entre otros.
Por último, en el corazón de Galicia, se encuentra Vía Romana. Ribeira Sacra es una de las zonas más vinícolas de España y dentro de ella, están 16 hectáreas dedicadas a esta bodega. Su nombre proviene de la calzada romana que vinculaba Astorga con Braga por la que se transportaban los vinos de esa zona. Sus cepas, entre 12 y 60 años, junto con su ubicación a una altitud media de 350 metros con orientación hacia el sureste, hacen que la producción sea de gran calidad.
El Cavino culmina en la Plaza del Obradoiro en Santiago de Compostela, donde se encuentra la Catedral. Al igual que en el Camino de Santiago, cada peregrino sigue su propio ritmo. Previo a comenzar la ruta, se marca el punto final donde se reunirá el grupo entero y juntos visitar la bodega de la región.
Al final, los caminos que conducen a Santiago son muchos. ¿Por qué no hacerlo acompañado de un vino?