Por mucho que las autoridades levanten la mano con medidas de relajación, por muchas ayudas económicas que aporte el Gobierno (o no), por mucho trabajo que se echen a los hombros los trabajadores de la hostelería… sin el ingrediente fundamental de los clientes, sin que éstos vuelvan a salir a los bares y restaurantes, esta receta no funciona.
Al inicio de la desescalada, las televisiones arrojaban imágenes de las terrazas de las grandes ciudades llenas (todo lo llenas que podían estar en la Fase 1) y de largas colas de gente esperando un codiciado hueco… Pero quizá esta gran afluencia se trate en realidad de un espejismo ya que, según datos de Hostelería Madrid, tan sólo abrieron los primeros días del desconfinamiento un 10% del total de las terrazas de la capital, bien porque preferían esperar a pasar al siguiente peldaño o bien porque con el máximo aforo permitido del 50% a muchos no les salen las cuentas. Un escenario que es totalmente extrapolable a Barcelona y a otras ciudades españolas.
Sea como fuere, si esas aglomeraciones se deben a una escasez de oferta o a una voluntad real por parte de la ciudadanía de volver a salir a bares y restaurantes, la cuestión es si una vez que pase este frenesí inicial, una vez que se haya saciado la sed de terraceo, el público acudirá a estos establecimientos tanto como lo hacía anteriormente.
Para intentar dar respuesta a esta cuestión, ElTenedor, una de las páginas web líder de reservas online, ha realizado un estudio entre usuarios y restaurantes sobre cuáles son sus planes para los próximos meses.
Saldremos, pero menos
Según el informe, el 57% de los encuestados planea salir a bares y restaurantes. En total, un 85% lo hará durante los primeros tres meses. Y un 45% afirma que su intención es comer o cenar fuera con la misma o mayor frecuencia que lo hacía antes del covid-19. En sentido contrario, un 24% confiesa que a partir de ahora saldrá menos que antes. Y un 17% que hoy por hoy ni se lo plantea…
Entre las causas principales que explican esta previsible bajada de afluencia, encontramos como factor determinante que aún existe un riesgo sanitario real. Y aunque los bares y restaurantes cumplan con todas las medidas de seguridad escrupulosamente, lo cierto es que una parte significativa de la población opina que la mejor, e incluso única, manera de mantenerse alejada del virus es quedándose en casa y saliendo sólo lo imprescindible. En este sentido, el 60% considera esencial asegurarse de que el establecimiento cumple con las medidas de higiene y seguridad establecidas.
Otro de los principales escollos que justifican la caída de consumo gastronómico es la descomunal crisis económica que ha provocado la pandemia, cuya magnitud real es aún una incógnita… Esto hará que muchísima gente, en mayor o menor medida, pierda poder adquisitivo. Y que en cualquier caso ahora se lo piense dos veces antes de sacar la tarjeta de crédito a pasear cada fin de semana. El estudio concluye que un 39% ahora tendrá que mirar un poco más el presupuesto a la hora se salir a bares y restaurantes. Algo de lo que el sector es muy consciente. Por eso, en los planes de muchos hosteleros está la actualización de la carta con platos más económicos. Así como la elaboración de menús más ajustados o incluso la aplicación de ofertas (aunque un 49% mantendrá sus precios).
Las preocupaciones de los hosteleros
Cómo recuperar a los clientes es una de las cosas que más preocupa a los hosteleros, según este estudio. Y sólo antecedido en el ránking de quebraderos de cabeza por cómo gestionar la vuelta a la actividad. Es decir, cuándo abrir, en qué condiciones, qué medidas sanitarias aplicar, la reincorporación de los equipos… Aunque la voluntad de muchos es clara: el 43% volverá a abrir tan pronto como pueda y tan sólo un 2% tendrá que echar el cierre de forma definitiva.
Por último, queda en el aire la duda de cómo reaccionará la clientela, en la práctica, a las medidas sanitarias de precaución. Y aunque el estudio no recoge nada al respecto, existe la preocupación de que haya gente que no se adapte a esta ‘Nueva Normalidad’. Que no le seduzca una experiencia gastronómica y/o de ocio en la que se tenga que estar más pendiente de la distancia entre personas o de lo que se toca o no se toca que de lo que se come o no se come, de lo que se disfruta o no se disfruta. Porque, al fin y al cabo, a los bares y restaurantes uno va, ante todo, a divertirse y a relajarse.
Por nuestra parte, el lema de Tapas está claro: «Cuando salgamos, saldremos» (aunque con moderación y con cabeza).
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