La avalancha de información (y desinformación) sobre cómo actuar ante para frenar el coronavirus ha causado en algunos casos gran confusión e incluso cierta histeria colectiva que provoca que no hagamos las cosas como deberíamos. Estos son los errores más comunes que se están cometiendo.
-Huir de las poblaciones que concentran más casos. Es de perogrullo, pero a la vista de las imágenes de miles de coches abandonando la Comunidad de Madrid, entre otros puntos conflictivos, parece que no todo el mundo lo tiene tan claro… Aquí el ‘sálvese quien pueda’ no vale, y lo que tiene que imperar es la responsabilidad. Ir al pueblo o a la playa quizá reduzca tus posibilidades de ser contagiado, pero sobre todo incrementa exponencialmente el riesgo de contagiar a gente que habita en las que, hasta ahora, son zonas más seguras. Recuerda: #Quédateencasa
-Acudir a Urgencias. Las autoridades no se cansan de repetirlo: ante los primeros síntomas no hay que acudir al centro de salud (ya que de esa forma podrías colaborar a la propagación del virus), sino llamar a los teléfonos habilitados por las diferentes Administraciones, donde se indicarán los pasos a seguir.
-Dejar a los niños con los abuelos. Aunque la suspensión de los colegios suponga un auténtico quebradero de cabeza, y en casos similares siempre se recurre a ayuda de nuestros mayores, esta vez no soluciona el problema sino que lo puede agravar mucho más: parece que la enfermedad en los niños es muy leve, pero son uno de los mayores focos de contagio y los abuelos son la población de mayor riesgo. Así que la forma de frenar el coronavirus es fomentar el teletrabajo, grandes dosis de creatividad para distraer a los más pequeños (¡ánimo!) y en caso necesario mejor pedir ayuda a familiares o amigos jóvenes.
-Vaciar las estanterías de los supermercados. Que no cuando el pánico. Las empresas de alimentación y las autoridades han asegurado que el abastecimiento de comida y bebida está asegurado. No hace falta llenar el carrito hasta los topes, porque hay que pensar en las personas que llegarán después de nosotros y se encuentren sin nada… Una vez más, el sentido común es la mejor herramienta a la hora de preparar nuestra despensa. Y lo del papel higiénico, desde luego, merece un estudio aparte… Igualmente, se recomienda no llevar a la compra ni a mayores ni a niños, utilizar los guantes para no tocar frutas ni otros productos y pagar con tarjeta para no manipular dinero en efectivo que pueda estar contaminado por el virus.
-Tomarse esto como unas vacaciones. Son muchos los que todavía no se han concienciado de la gravedad del asunto y siguen reuniéndose en bares y terrazas (donde todavía estén abiertos) o visitando a amigos y familiares. Una de las claves es quedarse en casa e intentarle dar la vuelta a la situación y ver su parte positiva, aprovechando estos días de retiro espiritual. Imaginación al poder para aprovechar el tiempo al máximo.
-Entrar en pánico. La situación es grave, claro está, pero no es el fin del mundo (en China ya lo están superando y nosotros en Europa también lo superaremos). Hay que tener paciencia, seguir a rajatabla las recomendaciones de las autoridades e intentar huir de alarmismos innecesarios, como ciertos audios y videos que circulan por las redes y cuya veracidad es cuanto menos discutible en algunos casos y totalmente falsa en otros. Así que aunque no sea un remedio para frenar el coronavirus, el humor siempre en un buen refugio para distraerse en estos casos.