No hay nadie a quien no le haya pasado y de paso dolido en lo más dentro de su ser. No hay nada peor que comprarte una botella de un vino, licor, incluso maquillaje, comida, perfume o lo que haya sido que nos haya encaprichado en algún viaje y tener que dejarlo en manos de un agente de seguridad del aeropuerto por no poder subir con más de 100 mililitros de líquido al avión. Mira que nos lo han dicho mil veces y aún así nos empeñamos en no facturar la maleta para poder comprar lo que nos entre en gana. Pues lo mismo le pasó a una pasajera china a la que se le prohibió abordar un avión en el aeropuerto de Pekín el viernes pasado por llevar una botella de Rémy Martin, valorada en 200 dólares, dentro de su equipaje de mano. Pero no contenta con ser obligada a dejarla, la mujer, indignada antes las advertencias de los agentes, decidió empinarse la botella entera para no desperdiciar su tan preciado contenido.
Pero lo que mal empieza mal termina y la pobre mujer se adjudicó tal borrachera que fue encontrada llorando y gritando en el suelo del aeropuerto, por lo que tuvo que ser llevada a un cuarto para que descansara… y durmiera la mona.