“Si no ha estado aquí antes, no podrá obtener una reserva a menos que conozca a los chefs personalmente o sea un invitado de alguien que ya ha estado con anterioridad”. Esta es la frase que están comenzando a decir a todo aquel que quiere reservar una mesa en alguno de los restaurantes más exclusivos y con estrella Michelin de la ciudad de Tokio.
En 2017, casi treinta millones de personas visitaron Japón y muchos se sintieron atraídos por la capital del país en su vertiente gastronómica. Este es el motivo por el que algunos restaurantes japoneses estén prohibiendo discretamente la entrada a los visitantes extranjeros que quieren hacer reservas para comer o cenar en favor de los clientes habituales. Yosuke Suga, chef del restaurante de alta cocina francesa Sugalabo, prefiere servir a los clientes habituales y exige que los invitados primerizos estén acompañados por alguien que ya ha cenado allí. Es una cuestión de comunicación con un objetivo claro: mantener un alto nivel de servicio personalizado para los clientes leales logrando sí un trato de absoluta exclusividad.