Aunque en tiempos de Napoleón ya se conocían varios sistemas de conservación de los
alimentos como la salmuera, los ahumados, en aceite, en vinagre o en azúcar, la
intención de lograr mantener alimentos en buenas condiciones hizo que nacieran las
conservas. A día de hoy, las latas son un auténtico manjar en todo el mundo, y en algunos
casos dicen que, cuanto más tiempo pase, mejor están. Y, además, carecen de aditivos y
conservantes.
El Aperitivo de Carlos
En esta tienda situada en Guzmán el Bueno encontrarás algunas de las exquisiteces más
maravillosas de nuestro país. Un ejemplo de ello son los boquerones de Málaga fritos en
aceite de oliva de La Farola, un clásico que se lleva vendiendo desde 1910.
También puedes encontrar otras portuguesas como las latas de bacalao, de pez espada,
sardinillas sin piel ni espinas o paté de caballa, sardina y trucha al Oporto.
Conservas Nudista
De la idea de reinterpretar una taberna tradicional nació este local en el que cenar a base
de conservas (además de podértelas llevar a casa). Prueba en Conservas nudista su
caballa, sus sardinillas, el tronco de bonito en escabeche o el pez espada ahumado.
Güeyu Mar
Lo especial de sus conservas es que antes de enlatarse pasan siempre por la plancha, la
primera vez con cáscara y la segunda sin ella. Una técnica que le concede un
inconfundible sabor y que hace todavía más especiales sus navajas y berberechos, por
ejemplo.