Aunque la pregunta es simple, la respuesta es sorprendentemente compleja. De la misma manera que los vinos deben tener una temperatura diferente en función del tipo, los diferentes estilos de cervezas también deben ser servidos a diferentes temperaturas. Es cierto que la mayoría de las temperaturas recomendadas son discutibles además de que, en casa, a menos que tengas un frigorífico dedicado especialmente a la cerveza, no vas a poder refrigerar cada una por separado. Pero ya hay bares especializados que están comenzando a enfriar cada uno de los tipos de cerveza que tienen a una temperatura diferente con el fin de no alterar los sabores que los cerveceros quieren que percibamos.
Según la respetada web CraftBeer.com, las ‘stouts’ americanas deben servirse entre los 10 y los 12 grados a diferencia de las artesanas que están entre los 3 y los 5 grados. Para crear una mejor experiencia, algunas cervecerías están empezando a sugerir en sus latas y botellas la temperatura recomendada a la que deberían beberse.