Nos empeñamos en comer deprisa, en que todo esté perfecto en los platos, en el gusto por la decoración… y desestimamos el poder de detenerse y de sentir la comida. La hora de la comer siempre es bienvenida, pero ¿sentimos todo lo que comemos?
Nuestro cuerpo se fundamenta en cinco sentidos –olfato, vista, gusto, tacto y audición- ; estos a su vez están acompañados de otros, denominados pseudosentidos, que tienen la misma importancia que los anteriores, por ejemplo la capacidad de sentir el dolor o el calor. Estos se encargan de las subcategorías de los principales, pero no por ello son menos importantes, ya que para poder disfrutar de una comida al completo es necesario querer activarlos todos (o al menos los máximos posibles).
Comemos por los cinco sentidos, y aquellos alimentos que están en nuestro plato y que se dirigen a nuestra boca deben activarlos todos. Por ello, es importante que la hora de la comida sea la hora de comer, no de estar con el teléfono ni de ver la televisión. Si cuando estudias, sólo estudias, ¿por qué cuando comes no sólo comes?
Acqua Di Parma ha querido mostrarnos los sentidos y cómo podemos despertarlos. Sus nuevas fragancias –Blu Mediterraneo- basadas en la costa mediterránea italiana, llevan a nuestra piel a experimentar la plenitud de lo sensorial. Su olor fresco, su sugerente sabor a fruta recién exprimida, desde dulce hasta amarga, su ligereza al rozar la piel e incluso un aparente sonido e imagen a verano al echarla, hacen de esta mezcla la base de los sentidos.