Hablamos de la familia del Allium, más conocida como “no como eso que me da mal aliento” . A ella pertenecen las cebollas, ajos, puerros y cebolletas, y aunque el perfume es similar, no todos los productos generan el mismo sabor en la boca, el cual, una vez pasada la comida, puede resultar hasta desagradable, ya que su aroma y gusto desencadenan en el mal aliento.
Lo primero que debemos tener en cuenta es cómo son cocinados estos alimentos, ya que la forma de hacerlos influye directamente en el aliento. Cuanto más se aplaste el producto, más olor desprenderá. En cambio, si se cocina a una temperatura superior a los 60 grados, el efecto aromático se verá disminuido. También si combinas estos alimentos con otros como setas u hojas de ensalada. Aún así, recordemos que el sabor es el que es, y puede ser que la esencia se quede impregnada en la boca y la garganta. Si ocurre esto –y no tienes cepillo de dientes a mano- prueba con masticar perejil o hierbas, tomar el jugo de un limón, o bien beber té o leche.